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La música de un mapa de bloques

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Varios son los videojuegos que cuentan con una banda sonora memorable, a veces con partituras que no tienen nada que envidiar al cine o las piezas musicales conceptuales. Pero si hablamos de bandas sonoras icónicas que además están vinculadas al patrimonio cultural de un determinado país y época, es difícil igualar el impacto que generó la de Tetris (Alexey Pajitnov, Vladimir Pokhiko; 1984). Arraigado al distribuidor y compositor que adaptara el juego original, la de Tetris, un simple juego de resolución de problemas o lógica, tiene sin embargo una de las bandas sonoras más memorables, entrelazada inexorablemente con la Guerra Fría de los ochentas, el nacionalismo soviético y la historia de Rusia.

Pero antes de meternos con la banda sonora hablemos un poco de Tetris. El juego original lanzado en 1984 para la computadora soviética Electronika 60 no tenía ningún tipo de banda sonora o siquiera colores. Tampoco las adaptaciones para la PC de IBM o la Spectrum Holobyte, que sin embargo sí contaban con algunas mejoras como colores para diferenciar cada pieza o fondos arraigados a la cultura soviética para construir un relato. En el marco de la Guerra Fría no es poca cosa decir que fue el primer juego en dar lugar a un boom a ambos lados del océano y significó, en ese escenario político, como una especie de puente cultural. Para Holobyte, IBM, Amiga y otros sistemas que fueron adaptando el juego se incorporó en versiones posteriores la música como un elemento central a partir de 1988. En particular la memorable Korobeiniki que, probablemente no les suene, pero escucharla les recordará inevitablemente al Tetris.

¿Qué es Korobeiniki se preguntarán? Es una canción folklórica rusa del Siglo XIX basada en un texto del poeta realista ruso Nikolay Nekrasov (1821-1877). Se trata de un acercamiento a la vida rural de la Rusia del Siglo XIX desde la historia romántica de un vendedor ambulante cortejando a una joven campesina pero pocos saben la historia, la mayoría si conoce la música. A pesar de su aparición inicial en 1988, la versión de NES de 1989 de Tengen no contaba con el tema. En su lugar estaba la Danza del hada de azúcar, que es parte del reconocido ballet Cascanueces de Piotr Llich Tchaikovski y la obertura de la ópera Carmen de Georges Bizet. Pero ese año marcará un hito para la música de Tetris por la consola portátil de Nintendo. Korobeiniki va a volver a tomar relevancia cuando sea adaptada por el gran Hirokazu Tanaka (que merece un apartado propio) para la versión de la portátil, junto a una versión arreglada de la Suite Francesa N° 3 en B menor de Johann Sebastian Bach. La presencia rusa de Tchaikovski va a tomar relevancia nuevamente con la música de victoria tras concretar uno de los niveles. Teniendo en cuenta el enorme éxito de ventas que fue esta versión del juego, Korobeiniki pasó a estar asociada a Tetris, siendo utilizada en todas las versiones posteriores, incluyendo el remix en la más reciente, Tetris 99 (Nintendo, 2019).

Como curiosidad vamos a mencionar que la icónica canción fue remixada con nuevos arreglos por Dr. Spin, pseudónimo de la notable colaboración entre Andrew Lloyd Weber y Nigel Wright. En 1992 lograron alcanzar el puesto 6 de los charts británicos con su canción Tetris, que en verdad es Korobeiniki. Otra de las razones de su popularidad es la utilización en otros juegos como Super Smash Bros Brawl (Sora LTD, 2008), con arreglos de Yoko Shimamura, o películas como Kick Ass 2 (Jeff Wadlow, 2013). En síntesis, fue una banda sonora que nos asocia a la Rusia zarista por su icónica imagen, pero también a una etapa histórica reciente sobre la cual aún no se han cerrado las heridas.


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