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El funeral de Atari

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

Parte de los cartuchos excavados en el basural de Alamogordo en el 2014.

E.T., el extraterrestre, el film más entrañable de Steven Spielberg, con sus imágenes icónicas y su relato clásico, sin fisuras, que también se puede ver como una de las mejores coming-of-age (que podríamos definir como películas que se enfocan en el crecimiento de un personaje) de la historia del cine, tuvo en su entonces su videojuego. Prácticamente nada podía salir mal: el éxito de taquilla se unía a la máquina del momento, la legendaria Atari, y Spielberg respaldaba al director del proyecto, Howard Scott Warshaw, quien ya había realizado la exitosa adaptación de Indiana Jones y los cazadores del Arca Perdida y el famoso Yar’s Revenge (que se puede jugar en el MOMA, como parte de la exposición permanente de videojuegos), ambos en 1982. Sin embargo, el resultado no podría haber resultado más decepcionante.

Considerado como uno de los peores videojuegos de la historia, E.T. the Extra-Terrestrial, junto a la terrible adaptación que se hizo de Pac Man para la Atari 2600, fueron la causa del declive e inevitable derrumbe de la compañía hacia mediados de los ochentas. El juego contiene incluso la mítica leyenda de que la empresa, al verse con tantas devoluciones, decidió sepultar millones de copias en un terreno baldío de Alamogordo, en el estado de Nuevo México. En el 2014 la leyenda se materializó en un documental, Atari: Game Over, de Zak Penn, que se focaliza en el desentierro del mito mientras narra ascenso y caída de la empresa que disparó la crisis entre la segunda y  tercera generación de consolas. Construido en base a testimonios y una puesta en escena de montaje televisivo, sin embargo el documental tiene el mérito de contar con la memorable secuencia del final donde, en efecto, vemos que la leyenda era bastante real aunque no solo habían enterrado juegos de E.T. The Extra-Terrestrial, sino también otros cientos de famosos títulos  de Atari. Solo el rostro lloroso de Warshaw recordando su papel en la producción del juego mientras vemos el desentierro de los cartuchos justifica el visionado de este documental.

Pero volvamos a 1982 y contextualicemos un poco: cualquiera podría decir -y con algo de razón- que los juegos de ese año se verían obsoletos comparados con los que tenemos en la actualidad. Sin embargo, una rápida lectura de lo que ofrecía la Atari (sin mencionar otros sistemas o los arcades) nos ofrece un panorama bastante rico, con exponentes que ya habían dado cuenta de una madurez en el campo de los videojuegos: Atlantis, Adventure!, River Raid o Pitfall son algunos de los ejemplos más emblemáticos que tuvieron una fecha de estreno antes del lanzamiento de E.T. the Extra-Terrestrial. Tanto desde el relato como desde la jugabilidad la producción de juegos había alcanzado una madurez que implicaba un salto notable respecto a la primera generación de consolas.

A todo esto, ¿qué es lo que hace que E.T. the Extra-Terrestrial sea tan horrible? Vamos parte por parte:

1-Gráficos: El potencial gráfico de la Atari a comienzos de los ‘80 podía ser limitado, pero aun así no hacía que los juegos resulten confusos. Con este juego sucede que los gráficos atentan contra la jugabilidad, esencialmente porque el color de nuestro personaje es igual al del 70% de los fondos del juego. Este problema es fundamental en las pantallas que están llenas de pozos: si nuestro personaje no los evita indefectiblemente caerá nuevamente en la trampa, teniendo que subir (¿levitando?) tantas veces como sea necesario o respondan los controles.

2-Jugabilidad: Prácticamente el quid de la cuestión, el responsable en un 80% de que el juego se haya convertido en un fracaso y de las masivas devoluciones que se hicieron a Atari cuando los clientes furiosos vieron que resultaba casi imposible comprender el juego.

Uno de los momentos más infames del malogrado juego: la caída en uno de los numerosos pozos.

El problema central es que el desarrollo accidentado no permitió que Warshaw pudiera dar a entender los “objetivos” o “pistas” necesarias para finalizar el juego. Para salvar la situación, Atari dio lugar a uno de los más completos y complejos manuales que jamás se haya hecho de un videojuego. En el manual se específica por qué cada paso quita puntos, lo que quieren decir los extraños símbolos que aparecen en la parte superior de la pantalla y cómo completar el objetivo, es decir, al igual que en la película, que E.T vuelva a su “casa”. Pero en ese momento la noción de “videojuego” era mucho más segmentada que la que tenemos hoy en día, y sus principales clientes eran chicos que difícilmente navegaran por las páginas de un extenso manual para comprender un juego. El hecho de que el juego en sí dependiera exclusivamente del manual que lo acompañaba es lo que generó que sea confuso y frustrante. Hace unos años se realizó un hack que mejoró los puntos más polémicos de la jugabilidad, transformándolo completamente.

Mirándolo a la distancia, el problema central del juego es que resultaba demasiado ambicioso para su época y para el escaso tiempo en que fue realizado: el hecho de que se trate de una misión de búsqueda a través de múltiples pantallas es la confirmación de lo avanzado que era el concepto de Warshaw. El problema fue cuando eso se puso en práctica con los medios al alcance. Pero, ¿es todo culpa de Warshaw? La respuesta es no, definitivamente. Cuando recibió la tarea de realizar el juego contó con tan solo cinco semanas para ser finalizado debido a que Spielberg había acordado con Atari que el juego se publicara antes del 1 de septiembre para poder aprovechar a las ventas durante la temporada navideña. El resultado fue que por arrastre del éxito de la película se trató del tercer juego más vendido de la historia de Atari, hasta que los clientes comprendieron lo que habían comprado y realizaron las devoluciones masivas que llevaron a la empresa a una crisis económica en 1983.

Conclusiones:

E.T. the Extra-Terrestrial no solo fue uno de los factores del derrumbe de Atari, sino que también arruinó la carrera de Warshaw en el mundo de los videojuegos. Actualmente se desempeña como un prestigioso psicoterapeuta, recordando su etapa en el diseño de juegos a través de numerosos documentales. Uno es el mencionado Atari: Game Over pero también lo pueden ver en Angry Videogame Nerd: The Movie (2014), donde el popular streamer de la legendaria web serie se encuentra con la leyenda de los cartuchos enterrados. En los últimos años su figura ha sido rescatada por tratarse de un pionero que culminó su carrera demasiado pronto.

-En Atari: Game Over, Warshaw menciona que Spielberg le había solicitado algo “semejante a Pac Man” pero su ambición lo llevó a presentar el críptico juego que conocemos. Lo cierto es que el legendario director de cine dio el guiño positivo tras haberlo jugado, destacando la genialidad con la que se programó el juego. Tras el fracaso y la caída de Atari, el malogrado programador jamás volvió a tener una devolución de Spielberg.

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