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Funcinema

Expansivas

Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Ramiro García Bogliano
Guión: Ramiro García Bogliano, Milagros Garro
Intérpretes: Federico Aimetta, Facundo Baigorri, Gocia Goncalves, Sara Hebe, Martina Juncadella, Fernando Miró, Gustavo Portela, Germán Romero, Assumpta Serna, Noelia Vergini
Fotografía: Ernesto Herrera
Montaje: Pablo Rabe
Música: Oscar Guzman, Toni M. Mir
Duración: 95 minutos
Año: 2021
Plataforma: Qubit


5 puntos


VENGANZA Y PERSPECTIVA DE GÉNERO

Por Marcos Ojea

(@OjeaMarcos)

Es común que el cine argentino utilice el thriller como un molde donde vaciar ciertas preocupaciones, con una fórmula probada que entrecruza el comentario social con el entretenimiento. Una coctelera donde hay suspenso, un poco de acción, truculencia y algunas verdades sobre el mundo; una combinación que sin arriesgar demasiado atrae público a las salas. Cuando la propuesta se corre un poco de esto y se decanta por el cine de género más puro y duro, las cosas se complican, y lo más probable es que el gran público se resista. Cuando Adrián y Ramiro García Bogliano estrenaron Sudor frío en 2011, era casi imposible ver una película nacional de género (y más aún, de terror) en una sala de cine. El éxito del film posibilitó que este tipo de producciones pudieran tener un mayor alcance y, por ende, una mayor aceptación (aunque esto sucedió casi exclusivamente en Capital Federal; en el resto del país tuvimos que padecer una pandemia para que mucho de ese cine llegara a través de estrenos online, pero ese es otro tema).

Los hermanos oriundos de La Plata continuaron trabajando dentro de los márgenes propuestos por su ópera prima, rompiendo fronteras y saltando de un formato a otro (su última colaboración es la serie Haunted: Latinoamérica, de Netflix), y para esta altura es posible que el lector se pregunte por qué esta crítica empezó hablando del thriller argentino con contenido social. Hay una razón, por supuesto: Expansivas, la primera película dirigida en solitario por Ramiro, adhiere a esta corriente y su aporte es la perspectiva de género, edificada sobre los cimientos de un cine mayoritariamente ligado a lo masculino. Una operación a la que últimamente se le ha dado terreno, y que no deja de ser peligrosa y resbaladiza para quién se aventure.

La historia de Expansivas es la de dos hermanas, Ana (Martina Juncadella) y Flavia (la cantante Sara Hebe), que se reencuentran para hacerse cargo de los restos de su madre, asesinada en circunstancias poco claras cuando ellas eran niñas. Cuando las sospechas que ambas tenían sobre la implicancia de su padre en el crimen se revelan como ciertas, ponen en marcha un plan para hacer justicia. Hasta ahí, la película de García Bogliano no es más que otra historia de venganza, pero el paso más allá está dado por la decisión de convertir a Expansivas en un alegato, en un grito de guerra. Y esa declaración se advierte tanto desde lo temático como desde lo formal, con una puesta en escena que en ocasiones busca subvertir los lugares comunes, como es el caso de la escena en la que Ana y su novio están acostados, y es solo a él a quien vemos desnudo. La película plantea una suerte de venganza feminista colectiva, en un escenario donde todas las mujeres son sororas y todos los hombres son personajes planos y repugnantes (salvo el novio de Ana).

El problema no son las intenciones, que pueden leerse como una obligación de época y que en definitiva son legítimas (porque el patriarcado existe y porque suceden cosas terribles), si no la falta de matices y de complejidades a la hora de abordar este tipo de historia. García Bogliano tiene oficio para el movimiento, para abordar la tensión y la acción, y para que su ciudad natal luzca ideal para la sordidez de la trama. Pero si la violencia y los desplazamientos lucen convincentes, quienes los ejecutan parecen actuar solo por el rol que les fue asignado. Así, sin grises, buenos y malos, lo que no sería un inconveniente considerando el carácter explotation del film, pero he ahí otro problema: ¿qué le pedimos a una película que se asume de género, pero que se complejiza a partir de su tema, enfrentándose a susceptibilidades siempre a punto de estallar? No menos que el mismo grado de compromiso para su desarrollo y sus personajes. La Flavia de Sara Hebe, cercana al automatismo, aporrea tipos desde la primera escena y se lleva todo por delante, pero es difícil creerle. Como también es difícil creer en las vueltas del guion, que incluye una subtrama ligada a la trata de personas que se siente un poco oportunista, como para que todo cierre y nos vayamos contentos. Porque las buenas ganaron y los malos fueron vencidos, y preguntas sobre los límites morales de la venganza y la justicia por mano propia son demasiado incómodas, y cortan el mambo reconfortante de pensar que estamos del lado correcto de la vida.

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