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El origen

Por Patricio Beltrami

(@mexfaliero)

La película The sign of Zorro (1958) está conformada por varios capítulos de la primera temporada de la emblemática serie de la década del 50, El Zorro. Concretamente, abarca la historia de origen del Zorro, cuando a pedido de su padre, Diego De la Vega (Guy Williams) y Bernardo (Gene Sheldon) regresan a Los Angeles para enfrentarse al capitán Monasterio (Britt Lomond), el tirano que busca quedarse con el control de las tierras en California. Bajo esa premisa, simple y directa, el largometraje de 90 minutos de duración se desarrolla a lo largo de buena parte de este arco narrativo de la serie, uno de los más populares de la producción.

Si bien los episodios eran autoconclusivos y, por momentos, se hace evidente el montaje de diferentes capítulos, finalmente se logra conformar una historia coherente, dinámica y entretenida. Teniendo en cuenta que el origen del personaje en la literatura se produjo en los primeros años del Siglo XX, el relato está centrado en las aventuras del héroe en tiempos del Virreinato español en el actual territorio estadounidense. En este orden, una de las mayores virtudes de la serie es que marcó varios lineamientos fundamentales que las producciones de superhéroes para cine y televisión seguirían a rajatabla durante los siguientes sesenta años.

Aunque recurrentemente se lo asocia con Batman, la figura del Zorro está construida sobre un aspecto que caracteriza a gran parte de los superhéroes: la identidad secreta. Durante los primeros minutos de The sign of Zorro, Diego De la Vega aclara que no enfrentará a la tiranía del capitán Monasterio si su cruzada representa un peligro para la vida de su padre. En base a esta premisa, construye un alter-ego que deberá desafiar el orden establecido (a la fuerza) para finalmente liberar de la opresión a ricos y pobres. Particularmente, se trata de la misma decisión adoptada, entre otros, por Bruce Wayne, Peter Parker, Matt Murdock o Kal-El (NdR: No olvidar que Superman era la verdadera identidad del kryptoniano, mientras que Clark Kent era el disfraz que había escogido para habitar este planeta), cada uno con sus respectivas motivaciones.

Sin embargo, el sinuoso camino requiere que, además de los sacrificios individuales, los héroes estén pendientes de guardar las apariencias, a fin de evitar el surgimiento de cualquier clase de sospechas. Por ese motivo, Diego De la Vega no solo opta por deshacerse de los objetos que prueben sus aptitudes como experto en esgrima, sino que, al mismo tiempo, forja una imagen pública como especialista en arte y literatura y, también, como despreocupado terrateniente, sin compromisos políticos y habitué de las reuniones sociales con música y bellas mujeres (cualquier parecido con Bruce Wayne no es coincidencia). A su vez, adopta una posición tibia de cara a cualquier clase de confrontación frente al déspota capitán Monasterio, lo que incluso implica la decepción de su padre, Alejandro (George J. Lewis). Ante ello: ¿Quién podría vincular al intrépido Zorro con el desinteresado Diego De La Vega? ¿Quién podría relacionar al parco y retraído Clark Kent con el poderoso Superman? ¿Quién podría pensar que un recto abogado ciego se viste de rojo por las noches para combatir el crimen en las calles de Nueva York?

Particularmente, el territorio también representa un eslabón trascendente para estos héroes/vigilantes/forajidos. En el caso de Diego De la Vega, vuelve a Los Angeles tras un pedido de su padre, ya que se encontraba cursando sus estudios en España. Después de tres años de ausencia, no duda un segundo en dejar la universidad antes de finalizarla para enfrentarse al capitán Monasterio. Concretamente, el Zorro enfrenta a un enemigo que amenaza con quedarse con las tierras de las familias acaudaladas de ese sector de California, aunque no se traduce en lucha contra el orden político social de la época. De hecho, no se pone en duda la lealtad de los habitantes de Los Angeles al virrey y al Reino de España. En esa línea, Batman y Daredevil, cada uno motivado por sus causas, operan de la misma manera en Ciudad Gótica y Hell’s Kitchen (Nueva York), respectivamente: buscan erradicar a la representación del mal de sus ciudades para que la sociedad continúe funcionando de la misma manera, a pesar de la pobreza, miseria, desigualdades e injusticias que reinan en estos conflictivos lugares.

Con el paso de los años y la evolución de las adaptaciones en el formato audiovisual, la identidad secreta dejó de ser un camino indispensable para los héroes, aunque continúa siendo un aspecto trascendente para muchos personajes. Asimismo, buena parte de las producciones ligadas al género fueron otorgándole cada vez más espacio o desarrollo a los conflictos y dilemas internos de los protagonistas, casi siempre en detrimento de la acción, la aventura y el humor. Y en relación con la serie y la película, sería una simplificación y un error considerar al sargento García (Henry Calvin) solo como un comic relief, ya que se trata del personaje más noble, amable y querible de la serie. Evidentemente, por entonces todo era mucho más simple en El Zorro, en una época libre de cinismo y pretensiones, cuando se edificaron las bases que cimentan al género desde hace más de sesenta años.

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