Por Cristian Ariel Mangini
Una de esas series que en los últimos meses ha levantado polvareda es sin dudas The Boys, una especie de sátira encorsetada maliciosamente en un mundo de superhéroes. El diálogo con el universo Marvel o DC es inevitable, a pesar de que el origen de la serie es también el cómic, que nace de la mano del irreverente y polémico Garth Ennis (junto a Darick Robertson). El momento para ubicarlo en el streaming, durante el auge de esta larga narrativa de universos, es cuando menos oportunista pero quizá necesario. En síntesis, la serie narra un mundo donde los superhéroes son figuras que pertenecen a una mega corporación y se dedican a salvar el mundo, pero siempre tratando de salvaguardar su imagen pública. Así es que cuentan con asesores de imagen, merchandising y una milicia que se encarga de “limpiar” sus “excesos”, para acondicionarlos a figuras icónicas y salvadoras de los valores estadounidenses. El riguroso control implica la existencia de un mundo turbio y oscuro, donde los mismos superhéroes pueden dar rienda suelta a sus deseos al margen de la imagen pública. Aquí ya podemos asimilar la sátira política en torno al poder militar, que se expande cuando un simple civil queda marcado por la sangrienta muerte accidental de su novia a manos de un superhéroe y desea algún tipo de venganza. El contacto con Billy Butcher (Karl Urban), un mercenario con una agenda propia contra el mismo blanco, abrirá su camino a la venganza, que es lo que da origen a la serie. A lo largo de sus dos temporadas la serie construye personajes memorables como Vengador / Homelander (Anthony Starr), Annie o Starlight (Erin Moriarty) y otros que quedan naufragando porque sus arcos son demasiado débiles o se pierden por su sobrecarga de cinismo. Hay en la serie una línea entre la parodia y la sátira que no termina de cuajar, y si no fuera por la historia romántica en su núcleo, el relato caería a lo largo de los episodios porque el suspenso en torno al origen de los superhéroes, y su incidencia en la política exterior en la segunda temporada, decae paulatinamente. No tanto la inserción de un personaje clave como el Stormfront de Aya Cash, que tiene consecuencias en los giros de la trama y le dan aire fresco a la serie. Visualmente no hay fisuras en su estética heredada del cómic, con algunos enfrentamientos notables que harían palidecer al mismo Zack Snyder: Alex Graves, un nombre conocido por algunos de los mejores episodios de Game of thrones, se luce en What I know (episodio 8 de la temporada 2). Hay una uniformidad que está lejos de las irregularidades del guion, que a fuerza de efectismo y giros logra sin embargo enganchar. El asunto es si esto y su tono irreverente en el diálogo con las series de Marvel y DC será suficiente con la tercera temporada confirmada en el horizonte.
–Las dos temporadas de The Boys están disponible en Amazon Prime Video.