Por Mex Faliero
Tal vez sin proponérselo, Rompan todo hizo mucho ruido, especialmente con las polémicas suscitadas a su alrededor y con los memes protagonizados por Gustavo Santaolalla, músico y productor de reputada trayectoria, que aquí además aparece en un triple rol: es protagonista de la historia que se cuenta, aparece como testimonio y es productor ejecutivo de esta miniserie de seis episodios dirigida por Picky Talarico y lanzada por Netflix. La polémica está centrada en las evidentes ausencias que existen en la miniserie, que se asume como una suerte de enciclopedia del rock en habla hispana pero deja afuera a algunas bandas y artistas, haciendo recortes antojadizos y organizando la información de forma un poco confusa. Digamos que hay dos posibilidades para acercarse a Rompan todo y ambas ofrecerán resultados diferentes según la necesidad de cada espectador. Hay una posibilidad que es la de acercarse desde el lugar del curioso, sin tener mayor información, y asimilar esta producción como la punta de un iceberg a descubrir. No está mal y puede ser como una puerta de acceso a un mundo muy amplio, lleno de recovecos. Ahora bien, para el entendido, será una gran desilusión. Rompan todo surfea una superficie. Eso es un poco obvio porque parece imposible resumir en seis episodios de alrededor de 50 minutos unos 70 años de la historia musical de un continente. Sin embargo, la información, especialmente a partir de lo que ocurre en los 80’s está resumida de formas curiosas. Aviso que no soy un entendido en la escena rockera, pero de alguna forma esta historia es mi historia, es la música que escuché y sigo escuchando. Rompan todo tiene notables agujeros narrativos e informativos, incluso para un neófito como yo. Con mi conocimiento superficial, pienso: ¿por qué los Redondos no son mencionados en los 80’s? ¿No hubo una escena punk más allá de Los Violadores? ¿Qué pasó con el metal? ¿La Renga no es mencionada? ¿Los Ratones Paranoicos? ¿Los Auténticos Decadentes? ¿Los Pericos? ¿Qué pasó con las carreras solistas de Luis Alberto Spinetta y Andrés Calamaro? Si comenzado el Siglo XXI el rock se fusiona con el pop ¿cómo obviar la injerencia de Miranda? Hago el recorte en Argentina, porque es la escena que conozco. Imagino que la misma cantidad de preguntas se harán mexicanos, uruguayos, colombianos, chilenos, peruanos…. Y no se trata de exigir enumeración enciclopédica. Cada artista de los mencionados anteriormente fueron claves en este movimiento. La duda eterna, obviamente, estará relacionada con si esos olvidos fueron parte de una síntesis necesaria o hay algún detrás de escena que desconocemos. Por lo demás, Rompan todo avanza con la solidez de los documentales de Netflix, es profesional, acumula testimonios en cantidad, ofrece un paseo veloz y concreto y tiene buenas imágenes de archivo. Y sí, antes de ese descalabro que mencionamos anteriormente, los dos primeros episodios son los más justos, los que plantean un territorio, miran el germen del movimiento y su impronta política. Hacia el final, hay un dejo de melancolía por tiempos que parece que ya no volverán, aunque el rock asegura que ya no es tanto género como actitud y se puede hallar en cualquier lado.
–Los seis episodios de Rompan todo están disponibles en Netflix.