Por Mex Faliero
Entre muchas otras tragedias la pandemia aceleró un proceso que si bien veníamos madurando, no pensábamos que podría avanzar y volverse tan cercano. El cine en el cine ya no es una prioridad para la gente que hace cine. Parece un trabalenguas, sí, pero es lo que está sucediendo (uno poco sobre eso hablábamos acá). Y si bien comienzan a surgir rumores sobre la reapertura de las salas de cine en Argentina para enero (con algunas películas de Warner, fundamentalmente), lo cierto es que las alertas sobre un posible rebrote de covid-19 para marzo o abril hacen ver (al menos en nuestro país) ese horizonte de cine en el cine como algo corto, un fuego de artificio que podría extinguirse prontamente. ¿Las salas de cine (y la economía en general, claro) soportarán otra cuarentena y más cierres? No lo sabemos, pero tengan presentes quienes despidan este 2020 con alegría que el panorama para el 2021 no es mucho más luminoso. Y el cine en el cine deja de ser una prioridad para las grandes compañías, que se ven seducidas por el acostumbramiento progresivo del espectador a ver películas en la casa, con pantallas enormes y una calidad de sonido e imagen que en ocasiones supera lo que ocurre en algunas salas. Del placer del cine en el cine solo queda un grupo minoritario que siente respeto por aquel ritual. En este contexto, con Disney estrenando lo nuevo de Pixar en su plataforma y con Warner promoviendo estrenos simultáneos en salas y por streaming (una película que está en una plataforma ¿cuánto tarda en estar disponible para la descarga ilegal?) los exhibidores tambalean y no parecen los más poderosos en esta ecuación. Ante este panorama, quedan los artistas. Y son ellos, tal vez, los que puedan torcer un poco el rumbo. Por eso es muy válida la salida intempestiva de Christopher Nolan, a la que se sumaron otros como Denis Villeneuve (¡miren los dos nombres que estoy destacando!), de ir al choque con Warner y señalar el despropósito que la empresa está cometiendo. “Algunos de los cineastas más importantes de nuestra industria y las estrellas de cine se fueron a la cama la noche anterior pensando que estaban trabajando para el mejor estudio de cine y se despertaron para descubrir que estaban trabajando para el peor servicio de streaming” dijo Nolan, con un nivel de ironía que le vendría bien a sus soporíferas películas. Además de atentar contra una parte fundamental de la industria del cine como son las salas de exhibición, hay también una afrenta contra el cine, contra esos artistas que piensan e imaginan sus películas para ser vistas en la inmensidad de la pantalla grande, con los estímulos que la sala a oscuras provee. Tal vez no banquemos tus películas estimado Christopher, pero como líder espiritual del Sindicato Unido de Espectadores de Cine agradecemos tu voz y tu espíritu de lucha. Sigue así… y no filmes más.