Título original: Ídem
Origen: EE.UU.
Dirección: Julia Hart
Guión: Julia Hart, Kristin Hahn, Jordan Horowitz, basado en la novela de Jerry Spinelli
Intérpretes: Grace VanderWaal, Graham Verchere, Giancarlo Esposito, Maximiliano Hernández, Karan Brar, Annacheska Brown, Collin Blackford, Allison Wentworth, Juliocesar Chavez, Artemis, Julia Flores, Gabriella Surodjawan, Shelby Simmons, John Apolinar, Alex James, Darby Stanchfield, Enzo De Angelis, Sara Arrington, Lucinda Marker
Fotografía: Bryce Fortner
Montaje: Shayar Bhansali, Tracey Wadmore-Smith
Música: Rob Simonsen
Duración: 107 minutos
Año: 2020
7 puntos
LO MÁGICO Y LO REAL
Por Rodrigo Seijas
Si bien está basada en una popular novela para jóvenes adultos y su protagonista -o más bien heroína- está bastante emparentada con el espíritu del estudio, Stargirl termina siendo una rareza dentro del catálogo de Disney Plus. Es que el tono de la película de Julia Hart, entre idílico y melancólico, parece relacionarse más con buena parte del cine independiente norteamericano, aunque encuentre el equilibrio justo y preciso para no descarrilar o caer en manipulaciones.
Con una estructura bastante típica de aprendizaje y crecimiento, el film se centra en Leo (Graham Verchere), un joven bastante solitario cuya vida da un vuelco a partir de la llegada a la escuela de una chica muy particular que se hace llamar, precisamente, Stargirl (Grace VanderWaal, toda una revelación). Pero no solo cambia la existencia de Leo, a partir del vínculo que establece con ella, sino también la de del colegio entero, que se ve revolucionado por sus acciones e iniciativas. Hasta el equipo de fútbol americano, acostumbrado a las derrotas, empieza a encadenar victoria tras victoria, luego de que ella aparece cantando con su pequeño ukulele en el campo de juego y es adoptada como una especie de amuleto de la buena suerte.
Hay algo mágico, anómalo en Stargirl, que parte del personaje central y se extiende a todo lo que la rodea, como si su aura transformara todo lo que toca, pero la película acierta en expresar esto más desde la imagen que desde la palabra. Allí la clave pasa por cómo el narrador de la historia es Leo, alguien totalmente cautivado, pero también intrigado por esa misteriosa chica, con la que establece un vínculo romántico, pero a quien no deja de observar desde cierta distancia, porque claro, siempre hay un componente en ella que se escapa de lo racional. Desde el posicionamiento de Leo es que la película se permite desde el montaje un juego casi desconcertante con lo espacio-temporal, además de una puesta en escena que se enlaza con lo surreal, como si se estuviera echando un vistazo a instantes de felicidad suspendidos en el tiempo. Una felicidad casi sobrenatural, por decirlo de algún modo.
Claro que esa felicidad que atraviesa buena parte del relato también destila una fragilidad que termina de confirmarse en la última media hora, aunque sin apelar al golpe bajo. En Stargirl, la bondad funciona como una respuesta ante el dolor que acecha en el mundo, del mismo modo que la magia que destilan las acciones de la protagonista parece un contrapunto ante una realidad que siempre termina siendo hostil. Y a pesar de algunos desniveles y remarcaciones un tanto excesivas en algunos pasajes, la película consigue encauzar su punto de vista en los minutos finales, con un nivel de melancolía llamativo, pero no exento de vitalidad. El optimismo se impone en Stargirl, pero sin negar la tristeza y la pérdida, apoyándose en una heroína que parece salida de un cuento de hadas y que esparce su magia para transformar todo lo que la rodea.