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Funcinema

Come as you are

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Richard Wong
Guión: Erik Linthorst
Intérpretes: Grant Rosenmeyer, Hayden Szeto, Ravi Patel, Gabourey Sidibe, Janeane Garofalo, C.S. Lee, Jennifer Jelsema, Martha Kuwahara, Delaney Feener, Asta Philpot, Kari Perdue, Marika Engelhardt
Fotografía: Richard Wong
Montaje: Richard Wong
Música: Jeremy Turner
Duración: 106 minutos
Año: 2019


7 puntos


NO SIENTO LAS PIERNAS

Por Marcos Ojea

(@OjeaMarcos)

Remake del film belga Hasta la vista, la película del director Richard Wong cuenta la travesía que emprenden tres amigos con distintas discapacidades para llegar a un prostíbulo en Montreal, especializado en la atención de personas en su situación. Scotty (Grant Rosenmeyer) es el ideólogo del plan, un muchacho de 24 años que nació con una distrofia muscular y pasa sus días rapeando y consumiendo pornografía desde su silla de ruedas. Mo (Ravi Patel), un poco mayor, sufre de una deficiencia visual al borde de la ceguera, y es amigo de Scotty un poco a su pesar, aguantando sus chistes ácidos y sus maltratos verbales. El triángulo se completa con Matt (Hayden Szeto), un joven atleta que, por lo que se deja entrever, sufrió un accidente que lo dejó también confinado a una silla de ruedas, y que es convocado por Scotty para poder dividir los gastos del viaje. A los tres los une el deseo de perder la virginidad, el pleno funcionamiento de sus miembros viriles, y la necesidad de escapar del cuidado sobreprotector de sus padres.

La discapacidad como tema es un terreno ideal para acumular golpes bajos, sentencias subrayadas sobre la diversidad y la superación personal, e incluso para practicar la compasión y la lástima, disfrazándolas de buenas intenciones. Por suerte para todos nosotros, la película consigue evadir estos tópicos a base de ingenio y voluntad para la comedia, con chistes y situaciones que rasgan un poco la corrección política imperante, pero sin transformarse en una pose. Wong no busca provocar, y si bien al principio amaga con ser una comedia guarra al estilo American Pie, poco después las cosas toman otro rumbo: se mantienen los comentarios hormonales de Scotty, pero la experiencia misma del viaje (y sus posibilidades emocionales) toma el centro de la escena, avanzando con honestidad y sin miedo a la ternura.

Es cierto que, para hablar de lo que quiere, Wong presenta un oportuno grupo multicultural, que se completa con la aparición de Sam (Gabourey Sidibe), una enfermera negra y con sobrepeso, que es quien oficia de chofer para los tres amigos. Si a la diversidad étnica impostada se le sumara la autoayuda, la película quizás funcionaria como trampolín para un discurso progresista y solemne sobre cómo la sociedad rechaza a ciertos individuos por su color, sus valores morales o su capacidad de movimiento. No vamos a mentir: algo de eso hay, pero Come as you are prefiere construirse como una historia que habla tanto de la discapacidad como de la amistad, a la que retrata de manera auténtica en sus conflictos y sus matices. Los protagonistas son, sí, apartados o directamente atacados por andar en silla de ruedas, no ver o ser gordo, pero las situaciones se resuelven con una mirada más preocupada por empatizar y conmover con recursos nobles, que por regodearse en la miseria y manipular desde ahí.

Promediando el tercer acto es que surgen algunos problemas, y donde el riesgo del golpe bajo y de la moraleja está más presente. Cuestiones ligadas al destino de uno de los personajes, o cierto giro romántico que se siente un poco forzado (y que es la forma más literal de la expresión el amor es ciego), aparecen como síntomas de un mal que se venía evitando. Toda la secuencia del prostíbulo está atravesada por una amargura que, en su justa medida, se vuelve necesaria, porque habla de una lucha que no termina cuando se cumple un propósito, o cuando aparecen los créditos. Hacia el final, Wong se pasa un poco de rosca con una decisión innecesaria, que resuelve a las apuradas y a la que intenta suavizar con un cierre tranquilizador (y, hay que decirlo, también divertido). A pesar de este contratiempo, y a pesar de no utilizar actores que sean discapacitados en la vida real para interpretar a los personajes, Come as you are es una road movie que entretiene con ritmo y un humor descontracturado. Habla de una problemática social sin darse aires de importancia, sin anunciar a cada paso su tema, sin martillear una enseñanza y sin forzar una postura moral al respecto. No es poco, y aún con sus desperfectos, es un viaje que vale la pena.

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