Título original: Ídem
Origen: EE.UU. / Reino Unido
Dirección: Danis Tanovic
Guión: Tove Alsterdal, Ellen Furman, Liza Marklund, Andrew Stern y Tena Stivicic, basado en la novela de Marklund y James Patterson
Intérpretes: Jeffrey Dean Morgan, Famke Janssen, Cush Jumbo, Joachim Król, Steven Mackintosh, Naomi Battrick, Ruairi O´Connor, Eva Röse, Lukas Loughran, Denis O´Hare, Sallie Harmsen
Fotografía: Salvatore Totino
Montaje: Sean Barton
Música: Simon Lacey
Duración: 104 minutos
Año: 2020
6 puntos
ALGUNAS TENSIONES RECUPERADAS
Por Rodrigo Seijas
El sub-género de asesinos seriales continúa siendo bastante productivo en cantidad pero no precisamente en calidad. De hecho, los últimos años lo han maltratado mucho y quizás por eso un film como The postcard killings, aún con todas sus limitaciones, no deja de ser bienvenido. Es que lo que hace la película de Danis Tanovic (basada en una novela de Liza Marklund y James Patterson) es demostrarnos que, con un mínimo de respeto por ciertos preceptos básicos, se puede construir un producto medianamente atendible y entretenido.
El relato tiene los componentes esenciales del thriller, pero también una base importante en el drama familiar, centrándose en Jacob (Jeffrey Dean Morgan), un detective de Nueva York que debe viajar de emergencia a Londres cuando se entera que su hija y su pareja fueron asesinados durante su luna de miel. Allí emprende una investigación por la cual irá detectando que ese doble homicidio está vinculado a otros asesinatos de parejas a lo largo y ancho de Europa perpetrados por un dúo muy particular. A partir de ahí, viene ese juego de gato y ratón donde las víctimas se acumulan, pero también las pistas orientadas a un entramado donde lo artístico se combina con lo paterno-filial de manera bastante oscura.
La narración trabaja obviamente en el misterio, pero no tanto desde la perspectiva del whodunit (o sea, ¿quién lo hizo?) sino desde las razones que impulsan a los asesinos. A la par, el verdadero motor narrativo es el dolor por la pérdida que aqueja al protagonista y su búsqueda inclaudicable, mientras no puede obturar su capacidad para entablar un diálogo implícito con los autores de los crímenes, quienes desde sus acciones interpelan su propia paternidad. En ese balance entre el drama y el suspenso, es clave la presencia de Morgan, un actor con la madurez suficiente para trabajar con precisión, efectividad y hasta algo de carisma todas las superficies.
The postcard killings amaga en unos cuantos pasajes con descarrilar por completo a partir de algunos subrayados melodramáticos y hay varios personajes a los cuales no les termina de dar un desarrollo sólido: por ejemplo, la ex esposa de Jacob, interpretada por una Famke Janssen inexpresiva gracias a las bondades del bótox. Pero a cambio tiene un par de giros interesantes a pesar de rozar lo inverosímil y ciertas decisiones de puesta en escena donde se evidencia un noble respeto por el sub-género al cual pertenece. Con una narración pausada pero consistente, progresa en tensión hasta alcanzar un desenlace coherente con lo que plantea. En tiempos donde este tipo de films caen en arbitrariedades constantes, no es poca cosa.