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Funcinema

Baño de sangre

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

El lanzamiento de Mortal Kombat: la venganza de Scorpion se produjo en medio de la cuarentena. Igualmente, la nueva película animada de la reconocida franquicia nacida en el arcade no tenía programado su estreno en cine. Se trata del cuarto largometraje de la marca, que desde hace varios años está en poder de Warner. A mediados de la década de los 90, y en pleno auge de los videojuegos, Mortal Kombat y Mortal Kombat: Aniquilación, dos films live action, pasaron sin pena ni gloria por las salas de todo el mundo. Cronológicamente en medio de estas dos producciones, se ubicó la primera experiencia animada, Mortal Kombat: The journey begins.

Dirigida por Ethan Spaulding, con guion de Jeremy Adams y basada en los personajes creados por Ed Boon y John Tobias, Mortal Kombat: la venganza de Scorpion trae pocas cosas novedosas para una franquicia que está cerca de cumplir veinte años. En este orden, una de las cuestiones más interesantes está relacionada con la premisa de la historia. El eje del relato pasa por Scorpion, uno de los personajes más populares del juego, cuya historia de origen resultaba un enigma para la mayor parte de los espectadores. De esta manera, la producción se inicia en algún lugar de Japón, donde habitaban los clanes liderados por Scorpion y Sub-Zero.

A continuación, solo tarda algunos pocos minutos en convertirse en el baño de sangre que caracteriza a la franquicia a través de más de una docena de videojuegos. Una espantosa tragedia no solo marca la enemistad eterna entre los dos ninjas más reconocidos de este universo, sino que también sirve de explicación sobre cómo Hanzo Hasashi se convirtió en Scorpion. A pesar de que el protagonista cumplirá un rol preponderante a lo largo del film, desde ese momento la narración pasa a centrarse en el torneo que definirá el destino del mundo. Para ello, nuevamente se recurre al mismo proceso que ya se observó en las anteriores películas y en las diferentes consolas: la selección de los guerreros que defenderán a la humanidad (los mismos de siempre); la explicación sobre la naturaleza de la competencia y las reglas de los combates; y las correspondientes peleas y adversidades que los héroes deberán enfrentar hasta llegar al desafío final.

Pese al previsible devenir la película, lo más llamativo es que el realizador y los animadores hayan buscado exaltar brutalmente el tono sangriento que distingue a los videojuegos. Sin embargo, las innovaciones únicamente están vinculadas a este punto y a la historia de origen. Incluso, en la última media hora ocurre un giro que termina desdibujando uno de los planteos más interesantes que previamente había desencadenado el nacimiento de Scorpion. Igualmente, el balance de esta producción es ligeramente positivo y, aunque pasaron más de diez años del último estreno, representa un avance en relación a las anteriores experiencias.

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