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Cine de autor: el corte de Snyder

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

Durante la última década, las redes sociales se consagraron como un espacio para visibilizar y respaldar masivamente una enorme cantidad de causas que apuntaban a la defensa de derechos o a la lucha contra numerosas injusticias. Entre ellas, el #MeToo, #BlackLivesMatters y el autóctono #NiUnaMenos quizás sean las más reconocidas. Sin embargo, buena parte de los fanáticos del cine de superhéroes también se embanderaron detrás de un particular reclamo artístico. Pocas semanas después del estreno de La Liga de la Justicia, los fanáticos de DC comenzaron a inundar las redes con el hashtag #ReleaseTheSnyderCut. A pocos más de dos años y medio del origen de este movimiento virtual, y contra todo pronóstico, sus plegarias fueron escuchadas por los ejecutivos de Warner, quienes anunciaron el estreno de la versión de Zack Snyder para el próximo año.

Catalogarla como la peor película de superhéroes es totalmente desproporcionado. Sin embargo, la superproducción de 2017 tranquilamente podría ser consideraba como la experiencia más decepcionante del género en la gran pantalla. Si bien Batman, Superman y la Mujer Maravilla habían compartido pantalla un año antes, se habían generado altas expectativas por ver en acción al emblemático equipo de héroes. Incluso, existía la posibilidad que Snyder corrigiera las falencias que se habían exhibido en Batman v. Superman: el origen de la justicia. En esa oportunidad, la interesante premisa que se sintetizaba en el enfrentamiento entre Batman y Superman terminó deslucida. El duelo de titanes, las posturas que representaban y el sacrificio del kryptoniano quedaron opacados en pos de preservar el estilo, solemne y oscuro, sobre la narración, y también por una serie de terribles desaciertos, como el momento “Martha”, el chiste (completamente a destiempo) sobre la aparición de la Mujer Maravilla en la batalla final, o casi todas las escenas de Lex Luthor.

Sin embargo, una tragedia familiar impidió que Snyder pudiera concluir este proyecto. Aún restaban realizar los reshoots cuando el director abandonó la producción a inicios de 2017. A partir de ese momento, Warner tomó el control absoluto de la película y los ejecutivos tomaron una serie de decisiones que la condenaron. En primer lugar, contrataron a Joss Whedon, responsable de Avengers y Avengers: la era de Ultron, para que se encargara de acabar el film. De esta manera, no solo le encomendaron que completa el trabajo de Zack, sino que también le exigieron que hiciera cambios en la película. Entre estos, le pidieron que tuviera una duración máxima de aproximadamente dos horas (Batman v. Superman había superado las dos horas y media) y que, emulando a la fórmula de héroes de Marvel, agregara más humor.

El resultado de esta complicada experiencia fue una película intranscendente. Más allá del balance artístico, recaudó 657 millones dólares en todo el mundo, con una inversión cercana a los 300 millones. A fin de establecer un parámetro en este sentido, el film obtuvo 90 millones de dólares menos de ganancias que Escuadrón suicida, la oveja negra del Universo DC. El fracaso de este proyecto derivó en la desvinculación de Whedon. Además, contribuyó en la salida de Ben Affleck, quien posteriormente abandonó la dirección de la próxima película de Batman y, luego, anunció que colgaba la capa. Incluso, también había sepultado la carrera de Henry Cavill como Superman, quien ni siquiera fue convocado para participar de la última escena de Shazam!.

Frente a este panorama, los fanáticos de DC nunca dejaron de insistir en que Warner permitiera que Snyder finalizara su versión de la película. Lo que empezó siendo otro reclamo en las redes sociales progresivamente fue tomando más fuerza. Con el paso de los meses, no solo el realizador expresó su apoyo abiertamente, sino que también lo hicieron los actores. Entre ellos se destacó Jason Momoa (Aquaman), quien se plegó a esta ola con efusividad y contundencia. Y si a la suerte hay que ayudarla, el destino completó las condiciones adecuadas para que esta iniciativa se volviera viable. La pandemia paralizó todas las producciones audiovisuales que estaban programas para los próximos meses. De esta manera, la única película de Warner tiene posibilidades de estrenarse a la brevedad es Wonder Woman 1984. En tanto, The Batman y The Suicide Squad quedaron interrumpidas a mitad de sus grabaciones y no llegarán a las salas hasta la segunda mitad de 2021.

Según comentó Snyder públicamente, la película está terminada y en adelante trabajarán en los efectos visuales, la banda sonora y, si se requiere, podrían filmarse diálogos y escenas. Según se estima, este proceso podría demandar entre 20 y 30 millones de dólares más. En tanto, el realizador confirmó que el material se estrenará en 2021 por HBO Max. Igualmente, se desconoce cuál será el formato. Trascendió que la producción alcanza las cuatro horas de duración, por lo que incluso adelantaron que podría dividirse en seis capítulos. Además, teniendo en cuenta el futuro cercano de la industria, no sería descabellado que pudiera llegar a los cines. Pero más allá del formato, del estilo, del humor y de las expectativas de los fanáticos, lo cierto es que la mayor parte del corte de Whedon estuvo diseñado por el creador del Universo DC. Una vez más, Snyder tendrá el desafío de superarse a sí mismo. El tiempo dirá si verdaderamente existe una razón artística para que esta versión sea liberada o si se trata de una costosa estrategia de Warner para vender más suscripciones de HBO.

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