Por Mex Faliero
Semanas atrás decíamos que Better call Saul estaba en nivel Mad men, es decir en ese momento en que la serie puede estar hablando de cualquier cosa que ya no importa, la calidad narrativa y formal es tan alta, que solo alcanza con ver a los personajes moverse dentro de la pantalla. Bueno, luego de Bagman, el octavo de la quinta temporada, podemos asegurar que no solo alcanzó esa etapa, sino que la superó e ingresó en una suerte de limbo personal inclasificable en el que a Vince Gilligan, Peter Gould o cualquiera que pase por ahí se le ocurre algo y termina siendo una genialidad. Un detalle: cuando el creador de una serie decide dirigir un capítulo, mejor estar atentos: algo grande nos espera. Gilligan se hace cargo del episodio de esta semana. Y Bagman es el capítulo más económico en materia narrativa que recuerde, apenas cuatro personajes con algo de desarrollo, algunos secundarios de segundos, una sola línea narrativa fuerte y casi un único escenario. El episodio se trata de Jimmy yendo a la zona desértica de Alburquerque (que ya conocemos como la palma de nuestra mano) a buscar la plata de la fianza para sacar a Lalo de la cárcel, de la emboscada que sufre y de cómo termina siendo rescatado por Mike y caminando varios kilómetros con dos bolsos llenos de dinero y bajo un sol arrasador. Podríamos pensar en el capítulo de la mosca de Breaking bad, por cómo Bagman se convierte en una experiencia narrativa casi única dentro de la serie, pero sería mentir: aquel capítulo de la mosca era casi un ejercicio de autoconsciencia, casi como el subvalorado capítulo de Lost en el que tomaban protagónico los personajes secundarios, pero no más que eso. Aquí no sólo hay una experiencia, sino además un desarrollo de personajes que atraviesa límites personales y abre nuevas perspectivas. Esa travesía desértica obviamente que marca a fuego el vínculo entre Jimmy y Mike, pero también pone al abogado en un espacio de conciencia respecto del lugar al que ingresó. Escucharlo a Mike hablar de su muerte es muy fuerte, cuando todos sabemos cómo acabó este buen hombre. Por eso, más allá de lo que sucede en el desierto es increíble, el momento más fuerte transcurre en prisión, cuando Kim va a preguntarle a Lalo sobre qué destino tuvo su marido. Que Kim se meta en los asuntos de Goodman y que Lalo tome conocimiento de ella es algo que nos genera temor: tal vez Wexler haya tomado la peor decisión de su vida. Bagman fue un episodio tremendo, pensado en términos cinematográficos, con aprovechamiento del tiempo y el espacio como pocas veces se ha visto en una serie mainstream. Un episodio con hallazgos visuales y un trabajo en la construcción de climas que deja a las claras el talento de don Gilligan. Por su hacía falta recordarlo, Better call Saul, que esta semana se convirtió en un western, es una serie enorme.