Por Rodrigo Seijas
Hoy y el domingo a las 20:00, en el Espacio de Arte y Ocio La Cantera (Scalabrini Ortiz 1176, CABA), se exhibe Contrastes: extirpando máscaras, propuesta audiovisual dirigida por Mercedes Farriols que es presentada como “no sólo una película” sino como “una experiencia”. En charla con FUNCINEMA, la realizadora se refirió a los orígenes del proyecto, el trabajo actoral y su visión sobre los procesos creativos, entre otros temas.
-¿Cuál fue la génesis del proyecto y cómo pensaste su estructura?
Los contrastes que hacen que no podamos respetar o dejar en paz a un otro diferente a mí es algo que me ocupa y preocupa desde siempre. Ya sea en lo físico, social, sexual, intelectual. Hay una estructura tan inmensa que nos determina y limita que las diferencias nos asustan, nos inquietan, nos enseñaron la homogeneidad y la obediencia. Cuando iba a la escuela, como siempre estaba feliz y risueña, iba a la Dirección y la que se quejaba y le dolía la panza la mimaban. Creo que viene desde hace rato mi preocupación por algunos asuntos.
También nos enseñan la Estructura y los límites, y creo que ese día debo haber estado en la Dirección castigada y no los aprendí así que la estructura aparentemente desestructurada de Contrastes responde a los parámetros de la Libertad, del Infinito de la comprensión de ese ser interior nuestro inconmensurable… profundo y creativo.
-¿Cómo fue el proceso de selección de los actores? ¿Qué buscaste en cada uno de ellos?
Estaba escribiendo Contrastes cuando estaba estrenando mi peli anterior, Espiral cósmica, y un día se me acercó Eva Preuss, charlamos, nos conocimos, empezamos a intercambiar saberes. Ella viene del cine y le interesa la producción, y sintió empatía con mi obra. Y así empezó todo, Creo que así surgió Selva, la protagonista de Extirpando máscaras. Hubo una entrega maravillosa por parte de ella y eso es lo que siempre encuentro en las actrices que trabajan conmigo. Luego tenía que encontrarle una familia, Selva niña y Selva madre. Tenía en mente a Julieta y su mamá Verónica que son vecinas mías en la playa. Viajamos con Eva a la playa para ver si daban familia y fue algo mágico: eran familia. Son familia. Hicimos pruebas de cámara. Ensayamos. Y fue. Y enseguida me apareció el Contraste para Selva: Charly. También Carlos Pérez vive en la Costa, en Mar de Ajó y le propuse ese desafío para él, y para mí. Y fue.
Las escenas entre Selva y Charly son unas de las escenas que más me representan de todo lo que hice. Quise mostrar amor, y es amor. Sentís tanto amor al verlos juntos. Te enamorás. Y se siente, trasunta la pantalla. Y lo sentíamos con el equipo, con Monika Marchewka, que hizo la cámara y juntas encaramos la fotografía.
-El film trabaja de manera constante los vínculos entre los cuerpos, el paisaje y la palabra. ¿Cómo exploraste estos lazos?
Yo vivo bastante en la orilla del mar, a cuarenta pasos de la orilla. Y todas las mañanas respiro en la orilla, hago tai chi, el saludo al sol, sola o con quién esté conmigo. Es un ritual y un regalo que nos brinda el mar. Y es mi gran maestro, el mar, la naturaleza, los médanos, la luna, las gaviotas. En realidad yo no hago nada. Todo se me brinda. Excepto en Olga Victoria Olga, mi primer film, casi no tengo interiores en mis pelis. Desde 4 3 2 UNO que mi gran directora de arte es la Naturaleza, y yo su asistente que pongo un cuerpo aquí otro allá. Es pintar en un lienzo siempre perfecto y con una paleta de arcoíris. Yo sólo miro desde algún lugar, un bosquecillo encantado, un espejo o entre alguna rama… y doy algunas pinceladas. En este caso conté con un aliado: Gastón Ferrari, el editor de imagen y sonido que me captó y juntos: magia total.
Yendo a la palabra y volviendo a Olga, Victoria Olga, allí tuvimos 100.000 palabras. Bastante. Y luego… entré en otra etapa: 4 3 2 UNO tuvo 600 palabras. Un gran cambio. Y desde ahí me pasa que escribo y escribo texto, también para Contrastes escribí mucho. Pero luego la imagen es tan rotunda que no la necesito. En este caso lo volqué a cuatro canciones. Y creo que dio una combinación tan onírica, de tantas capas y capas (como dice uno de los temas) que encontré para esta historia la combinación ideal. La música de Gustavo Romagnoli, que ya me viene acompañando desde Placenta Arte que nos cuida, otro aliado que siempre capta que el mundo de la imagen y el sonoro son dos mundos y no acompañamiento. Y creo que con tantas capas tras capas entramos hondo en el espectador.
-¿Qué rol juega el espectador en la experiencia que constituye Contrastes: extirpando máscaras?
Desde Inside Outside y Dump Planet, ya hace siete años que exploro nuevas formas de proyectar o presentar mis creaciones. En este caso, cuento con el apoyo de dos artistas maravillosos, Víctor Zevi y Juan Ramón Rojas, con los que la gente hace una máscara. Jugamos, y somos todos artistas, me refiero a la audiencia. También se suma a la experiencia Eva Preuss, la protagonista y esto hace que el público entre y salga de la pantalla. Y Víctor, Juan Ramón, Eva y yo generamos con la gente una performance lúdica donde cada cual vivencia esta historia con profundidad, introspección y libertad. A veces cuando veo toda la gente pintando, sin zapatos, sin celular, y juegan, se toman tiempo, se ríen, les da miedo y todo junto, siento que es una salita de 4 años. Me emociona que en medio del caos planetario podamos conectarnos unos con otras y todas con todo de una manera tan aniñada y tener un momento de plenitud y felicidad. Woooooowwww.
-Tu trayectoria también abarca obras de teatro, poesía, novelas y hasta lo didáctico. ¿Creés que estas vertientes también están presentes en Contrastes: extirpando máscaras?
A veces siento que soy tan maestruli. Y eso es ineludible. Siempre quiero transmitir lo que voy aprendiendo y descubriendo. Yo vengo de las letras y la danza, luego pasé al teatro, donde me instalé un rato largo, y ahora, después de 16 años en el cine traigo el teatro… la performance y junto todo. Siento complitud en este momento. Lo emocional, lo artístico, lo espiritual, todo junto. Hasta respiramos siete veces con la audiencia. El aire, eso que nos une con Todo hasta que dejamos de respirar. Creo que tener todo el tiempo un único discurso y ser completos es interesante para explorar. ¿No?
-El proyecto de Contrastes involucra una serie de películas cuyo punto de partida es Extirpando máscaras. ¿Hacia dónde irían los próximos films?
En este instante que me preguntás esto… alguien que acaba de leer otra entrevista en este instante me propone un temazo: «él» que se transforma en «ella». Y logra extirparse la máscara, las infinitas máscaras. Es así, la realidad me regala y me regala todo el tiempo. Tengo la idea de ir a Londres para el siguiente Contrastes y unirme a un gran colaborador que está trabajando allá Juan Pablo de la Cámara, estamos estudiando algunos aspectos de la gente que vive en la calle (también en Londres es muy fuerte) y vamos a ver. Extirpando máscaras se le adelantó. Y ahora veremos qué pasa. Siempre es más lo que me regalan las oportunidades que todo lo que yo pueda imaginar. Como decía García Márquez: siempre la realidad supera la ficción. Yo no tengo que hacer nada: sólo estoy aquí y ahora.