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Can you ever forgive me?

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Marielle Heller
Guión: Nicole Holofcener, Jeff Whitty
Intérpretes: Melissa McCarthy, Richard E. Grant, Dolly Wells, Ben Falcone, Gregory Korostishevsky, Jane Curtin, Stephen Spinella, Christian Navarro, Pun Bandhu, Erik LaRay Harvey, Brandon Scott
Fotografía: Brandon Trost
Montaje: Anne McCabe
Música: Nate Heller
Duración: 106 minutos
Año: 2018


8 puntos


ESA VERDAD LLAMADA MELISSA MCCARTHY

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Que Melissa McCarthy es una de las mejores cosas que le pasaron al cine (y a la comedia específicamente) no es ninguna novedad, pero tal vez nunca como en Can you ever forgive me? fuimos tan conscientes de sus capacidades como actriz dramática. Claro, esta cualidad la ha posicionado en la temporada de premios que el próximo domingo culminará con la entrega del Oscar, estatuilla que dudamos que se lleve porque con la nominación debería bastarle. Es que ya se sabe, la Academia anda preocupada en la corrección política y la militancia por los comediantes es algo que todavía goza de poco marketing.

Por lo tanto estamos con todo el derecho a creer que lo de McCarthy en este film es la típica operación de comediante entregado al drama para llevarse premios. Y si bien la película Marielle Heller es un biopic y uno de esos protagonizados por personajes dolidos, que tanto le gustan a las entidades, Can you ever forgive me? es una biografía bastante particular porque registra el período de tiempo en la vida de la escritora Lee Israel en la que pasó a ser una paria de la industria editorial y se convirtió en falsificadora de cartas de celebridades. Lo interesante en el recorte que hace la directora está dado en el hecho de que a partir del viaje al mundo delictivo de la protagonista, logra pensar al personaje, sintetizarlo: y ahí aparecen la soledad, los vínculos de amistad y los afectivos que se dan en los márgenes de la sociedad.

Si la película tiene una virtud es la de poder ser cínica, dolorosa, oscura y retorcida sin ponerse sórdida o miserable. Y en parte eso se logra gracias a la citada McCarthy y a Richard E. Grant, dos lúmpenes maravillosos y humanos, que lejos de pedir compasión redoblan la apuesta en una película que nunca pierde de vista su tono sardónico por más que caiga en algunas convenciones de las biografías cinematográficas. La Lee Israel de McCarthy es un personaje tan talentoso como inescrupuloso, aunque su ambición surge de la angustia existencia y trágica que padece. A la par de los personajes, el film recorre ese submundo de coleccionistas y gente de negocios que lucra con los objetos personales en un nivel de alta frivolidad. Y pone de relieve, de esa manera, la importancia real de lo original y la funcionalidad de lo falso dentro de un sistema de valores regido por lo objetual.


NdR: Esta crítica es una extensión de la ya publicada durante el Festival de Mar del Plata.

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