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Música para casarse

Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: José Militano
Guión: José Militano
Intérpretes: Diego Vegezzi, Mariano Saborido, Laila Maltz, María Soldi, Nicolás Leo
Fotografía: Clara Bianchi
Música: Pablo Crespo
Duración: 95 minutos
Año: 2017


6 puntos


ALGO NUEVO, ALGO VIEJO

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Tal vez sin proponérselo, Música para casarse se convierte en una comedia de quiebre para el género en el cine nacional, porque se construye a partir de la saludable fricción que se da entre un tipo de comedia mainstream y aquella más cercana al bucolismo del Nuevo Cine Argentino (una categoría que a esta altura es un poco vieja, pero que sirve para ejemplificar). En su ópera prima, José Militano mezcla personajes lunáticos y diálogos chispeantes con situaciones más propias del cine contemplativo y criaturas introspectivas que vagan por mucho de nuestro cine indie; ese que se instaló en el circuito de festivales. Y lo que se construye es algo feliz porque rompe con esquemas sin caer en autoindulgencias estilísticas, relacionando lo nuevo con lo viejo.

Un joven que trabaja en una puesta en escena teatral de M. Butterfly tiene que volver al pueblo para asistir al casamiento de su hermana: ese es un conflicto de mucho cine joven argentino, el del regreso a los orígenes y cómo reencontrarse con el que uno ya no es pero todos quieren que uno sea. Allí aparecerán amigos, parientes, amores que han quedado en el camino. En ese camino, Música para casarse no termina de elegir un tono. Y si bien eso puede ser visto como un defecto, lo cierto es que termina favoreciendo la experiencia del film porque descoloca saludablemente al espectador, acomodado al piloto automático al que el cine independiente argentino acostumbra. Esa dicotomía sobre la gran ciudad y el pueblo, sobre lo individual y lo social, y ese retrato agridulce que intercala la comedia y el drama la relaciona con cierto tipo de comedia independiente norteamericana.

Como dejamos ver en estas líneas, el gran acierto de Militano es salirse del lugar común, correrse del peligro de costumbrismo y construir una serie de personajes atractivos que caminan al filo de sus emociones. Es verdad que a veces los conflictos lucen un poco lavados o ausentes y que en su última parte la película cede a cierto bucolismo del indie nacional del que se corrió durante una buena cantidad de minutos. De todos modos, Música para casarse es una película que sirve de interesante plataforma de lanzamiento para Militano, un director al que habrá que estar atento, especialmente por su mirada renovadora de ciertos lenguajes de la comedia nacional.


NdR: Esta crítica es una extensión de la ya publicada durante el BAFICI.

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