No estás en la home
Funcinema

Halloween (1978)



VOLVER A MATAR

Por Matías Gelpi

(@matiasjgelpi)

Cualquier entusiasta del cine de terror es un entusiasta del slasher, ese subgénero de las películas de asesinos casi siempre enmascarados, y a veces con poderes  sobrenaturales, que matan o persiguen grupos de adolescentes ocasionalmente fumados y casi siempre promiscuos. El origen del subgénero casi siempre se asocia con la deformación o la estilización de Psicosis; por otro lado el purismo y los fanáticos de las certezas suelen repetir que el  primer slasher de todos es Black Christmas (1974), de Bob Clark. Pero todos sabemos que con Halloween se encontró la fórmula que convertiría al slasher en sinónimo de película de terror al menos por veinte años.

Es que el film de Carpenter no solo  contiene todos los elementos necesarios para un film de este tipo, además tiene un guion simple, redondo, efectivo y perfecto que básicamente es un molde industrial para hacer un slasher, producto de la maestría del director y de la productora Debra Hill. La historia de  Halloween es la historia de un día aparentemente normal que sale mal: luego de un plano secuencia memorable e icónico en el que vemos cómo un niño pequeño mata a su hermana a puñaladas, pasamos al mismo pueblo genérico una década y pico después, hay una fuga en un manicomio, el niño asesino ya adulto vuelve al pueblo. Al mismo tiempo unas adolescentes salen de la escuela planean lo que van a hacer la Noche de Brujas, todo confluye en esa noche y  esos pocos personajes serán los protagonistas de la masacre. Michael Myers volvía a su pueblo natal a seguir matando, el mal llegaba por fin a los tranquilos suburbios norteamericanos, ya nadie estaría seguro nunca más.

Creo que con el diario del lunes 40 años después, no es difícil adivinar por qué Halloween es una película clave. Su aparición fue puro timing, en el momento justo para abrir una nueva década, y para un público que, aunque no lo sabía, necesitaba ver slashers a lo pavote. Su éxito comercial fue descomunal en relación a su presupuesto y catapultó a su director, que nunca volvería a dirigir una entrega de la saga. Por suerte el bueno de John  se dedicó a hacer exclusivamente obras maestras del terror: La niebla, La cosa de otro mundo, El príncipe de las tinieblas, Christine, Sobreviven, En la boca del miedo, Rescate en el Barrio Chino, Escape de Nueva York; son las que puedo nombrar rápidamente casi sin pensar y que son prácticamente increíbles. Películas, por otro lado, que existen probablemente gracias al éxito rotundo de Halloween.

Salvo excepciones, como la segunda parte y la tercera -que no tiene nada que ver con Michael Myers-, la saga derivada de esta gran película es en mayor o menor medida un desastre, un cúmulo de bodrios que corrían detrás del éxito de las Viernes 13 y las pesadillas de Freddy. Rob Zombie se encargó del reboot que se hizo la década pasada, con algunos buenos resultados que quizás no envejecieron demasiado bien.  La nueva película dirigida por David Gordon Green es una secuela directa del primer film y marca el regreso de los actores originales, la siempre genial Jamie Lee Curtis y el primer Michael Myers, Nick Castle.

John  Carpenter es una leyenda que, a pesar de ser reconocido, no es un director demasiado popular más allá del mundillo cinéfilo. Ya pasaron varios años desde su última (y pésima) película, la cual no vamos a mencionar; por eso esperamos que Gordon Green capture al menos un destello del bueno de John y termine por devolverle la dignidad al más grande asesino sin rostro y sin emoción. Ya es tiempo de reivindicaciones, tiempo de volver a matar.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.