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Pozo

Buena


PARA DIBUJAR UNA SONRISA

Por Juan Cruz Bergondi

(@funcinemamdq)

Juliana Ramírez, George Lewis y Santiago Legón dieron forma a Pozo, un unipersonal que encuentra en la vejez la excusa para demostrar una técnica de clown impecable. Y es que a veces los viejos, si se los mira bien, montan su propio teatro: costumbres que se vuelven ritos, manías que se repiten hasta el hartazgo, lugares mínimos –dada la economía de sus desplazamientos- desde donde proyectan su interior. La obra pinta con ternura este mundo conocido y, al pasar una y otra vez por los mismos lugares, al enseñar de manera sistemática los mismos motivos, teje los hilos de un código que finalizada la función todo el público aprendió.

Lewis, director de Pozo, es un reconocido clown que reparte su vida entre Buenos Aires y Seattle. Habrá visto junto con Legón lo que uno desde la butaca advierte enseguida: el talento cuyos frutos Juliana desde la escena siembra y recoge. De seguro por la cercanía con el material –Clotilde está inspirada en Isabel, su abuela- pero también por la gran capacidad de aunar técnica y espontaneidad, la actriz toma las riendas para manejar los tiempos de la obra. Y en los momentos en que la fórmula parece mostrar signos de agotamiento es la actuación la que banca la parada y timonea el barco. Arranca carcajadas y, aunque no se lo proponga de forma manifiesta, llama a la reflexión.

Eligen para el unipersonal que los estímulos provengan siempre del afuera: un teléfono, la ventana, el timbre de la puerta. La dramaturgia tiene la intención de combinar la planificación con la inevitable variación que cada función puede regalar. Y si bien uno entiende que la apuesta, viniendo de donde vienen –el teatro físico- los tres principales encargados de la obra, es por el cuerpo en escena, persiste la sospecha de que el diseño del espacio no fue la mejor elección porque termina sobrecargando el lugar de la actriz. De cualquier manera, se palpa el amor de toda una compañía en cada detalle, cierto perfume dulce que se lleva al final el espectador. Pozo, no hay dudas, crecerá con el paso del tiempo. No es de extrañar que Ramírez coseche tantas risas como agradecimientos por el momento compartido.


Actuación: Juliana Ramírez Dirección: George Lewis Dramaturgia: Santiago Legón, George Lewis y Juliana Ramírez Asistente de dirección: Santiago Legón Diseño de luces: Christian Gadea Edición de sonido: Martín Pompei Diseño de escenografía, Utilería y Vestuario: Analía Gaguín Realización de Vestuario: Verónica Dorado Diseño Gráfico: Inés Navarlatz Fotografía: Santiago Legón Prensa: Octavia Comunicación Producción General: Compañía Clowneros Sala: El excéntrico de la 18º (Lerma 420, CABA) – Viernes a las 22:00.

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