No estás en la home
Funcinema

El Martín Fierro


Muy Buena


EL GAUCHO URBANIZADO

Por Mariana Jaqueline Ramirez

(@funcinemamdq)

En una noche de efervescencia teatral el pasado viernes en el Centro Cultural Animal se realizó una función del unipersonal El Martín Fierro, protagonizado por Carlos Durañona, en beneficio de Juventear, organización sociocultural-educativa que busca promover y potenciar el desarrollo de los jóvenes que están egresando del colegio secundario. El evento tendrá lugar el corriente mes de octubre en el Centro Cultural Paco Urondo. De igual modo, la pieza se puede ver todos los domingos a las 20:30 en el Patio de Actores.

El Martín Fierro, escrito por José Hernández en 1872, es considerado un destacado clásico de la literatura gauchesca en argentina. Para esta ocasión el director Julián Howard toma algunos fragmentos puntuales y los transporta a la actualidad. Específicamente se sirve de la primera parte para utilizar los ejes de integración, marginación, solidaridad y un sinfín de sinónimos que le caben bien. Así, se pasa del lenguaje gauchesco aggiornado con un lenguaje más siglo XXI, hecho que funciona a la perfección, ya que flexibiliza el lenguaje para que el público pueda identificarse.

La acción inicia con un gaucho atípico que viene acumulando desgracias de todos los rincones recorridos para luego termina varado en un lugar indeterminado. Este personaje gauchesco traído a nuestros días (interpretado con brillantez por Carlos Durañona), vive reconociéndose en el pasado dando cuenta que por los ojos se nos pasa la vida, su primer recuerdo acarrea la primera de un sin fin de lágrimas. A este gaucho urbanizado se puede encasillar como un “gaucho héroe” (claramente dentro de sus reglas) que no ha sido integrado en la sociedad, quedando como un sin techo.

La obra resalta la situación problemática en la que viven las personas que no tienen casa (los sin techo). Eso se mezcla con la pretensión de libertad, el querer y pretender vivir en libertad cuando en verdad hace años han sido escupidos por el sistema neoliberal. Lamento decir que esto no es pura coincidencia con la realidad, sino más bien la realidad misma en décima potencia.

En cuanto a la puesta en escena y la dirección, son concretas, todo se resuelve en un espacio vacío convertido en calle, si la imaginación así lo quiere. Al gaucho lo acompaña su casa, una especie de carrito en la que tiene televisor, agua, silla, hasta luz propia, esta cobra un lugar fundamental en la pieza al punto de convertirse en un personaje con identidad propia.

Puede decirse que en su época Hernández denunció la desdicha de los gauchos, poniendo sus quejas en primer lugar y cambiando la imagen de ingenuidad con la que se presentaba a los gauchos a principio de siglo. Justamente de eso se aprovecha esta versión actualizada, pero proponiendo un personaje más urbano, mostrando la situación en la que nos encontramos ante “los otros” y así, exponer lo que se ignora ver por las calles.


Autoría: José Hernández Actúan: Carlos Durañona Escenografía: Julián Howard Fotografía: Pablo Garber Dirección: Julián Howard Sala: Patio de Actores (Lerma 568, CABA) Domingos a las 20:30.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.