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Recapitulación de Game of thrones: Eastwatch

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

Después del explosivo capítulo que fue The spoils of war, los creadores de Game of thrones tomaron una lógica y sabia decisión: Eastwatch es un episodio donde las aguas se aquietan un poco, aunque las piezas no dejan de moverse en pos del cierre cada vez más cercano de la temporada. Estamos ante un capítulo donde vuelve una dispersión que sin embargo no es perjudicial, aunque obliga a ser selectivo en los hechos y personajes a destacar.

Es que por un lado, la guerra entre Daenerys y los Lannister debe tomarse una pausa, aunque tengamos al inicio el inquietante momento donde la Madre de las Dragones recurre a las ejecuciones de uno de sus hijos como forma de lograr lealtad/temor. Y si por un lado Tyrion se ve frente a una crisis moral respecto a las acciones de su Reina, por otro avanza para entablar un puente de diálogo con su hermano Jamie (y por ende, con Cersei). Ese reencuentro goza de una tensión particular, no exenta de rastros de cariño: al fin y al cabo, ambos, a pesar del enfrentamiento, no dejan de ser familia.

Pero Jamie ve también cómo Cersei busca armar nuevamente una familia propia, aunque sea un tanto disfuncional debido a que nuevamente está embarazada de su hermano. Ese hijo que viene en camino significa una reafirmación no solo del vínculo incestuoso que desarrollaron, sino también de un modo de vida que eligieron. A la vez, Cersei muestra que sabía y hasta tenía planificada la reunión entre Tyrion y Jamie, lo cual deja en claro que ella cada vez se parece más a su padre en su astuta capacidad para anticipar situaciones y decisiones ajenas.

La otra pata fuerte de Eastwatch fue ese nuevo encuentro entre Daenerys y Jon Snow, que profundiza la conexión entre ambos, a punto tal que hasta se podría especular con un romance entre ambos. Hay una firmeza y honestidad en Jon, una voluntad por mantener posiciones propias aún frente a autoridades más grandes, que termina generando una indudable empatía en Daenerys, que no puede menos que sentirse identificada. El plus es ese momento casi tierno y hasta fascinante donde Jon acaricia a Drogon.

En el medio, Eastwatch fue soltando algunas perlas extras, como el momento donde Sam sigue quejándose porque no le dejan investigar sobre lo que necesita en la Ciudadela, sin prestar atención a un dato que averigua Gilly que podría indicar los verdaderos orígenes de Jon Snow. O la reaparición de Gendry, el hijo bastardo de Robert Baratheon, que vuelve a estar en el centro de la acción y con la firme intención de tener una activa participación, con martillazos incluidos. Y claro, las sigilosas averiguaciones de Arya para saber en qué anda Dedo Meñique, sin saber que él está al tanto de la vigilancia.

Sin embargo, lo mejor terminó siendo el encuentro (casi bizarro en los diálogos) entre el grupo conformado por Davos, Gendry, Jon, Jorah, Tormund y la Hermandad sin Banderas (Dondarrion, el Sabueso y Thoros de Myr). Con la excepción del primero, todos emprenden una expedición más allá del Muro para intentar capturar a uno de los integrantes del ejército de los Caminantes Blancos. Los momentos decisivos, definitivamente, se aproximan.

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