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Recapitulación de The walking dead: Rock in the road

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS
Las tensiones y contradicciones del comienzo de la segunda mitad de la séptima temporada de The walking dead pueden intuirse ya en el título del capítulo, que hace referencia a una anécdota que Rick le cuenta al Rey Ezekiel, con la intención de convencerlo de que el Reino se incorpore a la lucha contra los Salvadores. Es un relato que luce cuando menos forzado dentro de un diálogo que hace mucho ruido, ya que el encuentro entre el líder del Reino y la gente de Alexandria nunca cuaja del todo apropiadamente, como si en cada pasaje se estuviera forzando la nota.

Los diálogos no han sido el fuerte de esta temporada y Rock in the road aparece como una continuación de este problema. No solo la conversación con Ezekiel, sino también la áspera reunión con Gregory para tantear la chance de que Hilltop apoye la causa contra Negan, estuvieron atravesadas por un tono impostado en cada diálogo. El que se llevó la peor parte fue un personaje acostumbrado a tener frases potentes: hablamos de Daryl, quien tiene un par de líneas totalmente fuera de carácter. Encima el saldo terminó siendo, al menos inicialmente, previsible: Gregory se niega a prestar ayuda, pero hay gente en Hilltop dispuesta a colaborar, mientras que Ezekiel en principio prefiere preservar la frágil paz que ha construido con los Salvadores. Hay otros condimentos de previsibilidad: Carol que continúa aislada en su cabaña, Morgan que titubea y no se atreve a apoyar completamente a Rick y su gente. Todo muy, demasiado predecible.

Por suerte Rock in the road tuvo en compensación una gran secuencia en la ruta, con el grupo de Rick desactivando una trampa repleta de bombas puesta por los Salvadores para contener a las hordas de zombies. Es una escena repleta de tensión, con el tiempo agotándose por la llegada de muertos vivientes y la necesidad de llegar a Alexandria antes que un grupo de Salvadores que van en busca de Daryl. También es una demostración de los prodigios de puesta en escena que puede alcanzar la serie, con esa espectacular matanza de cientos de zombies usando un cable que une dos vehículos. Después del dinamismo de ese pasaje, el agitado y a la vez aliviado diálogo posterior entre Michonne y Rick cobra un sentido realmente pertinente: estamos ante dos seres que se quieren, que necesitan mostrarse afecto ante circunstancias extremas donde sus vidas corren cada vez más peligro.

El cierre de Rock in the road, que completa el círculo iniciado en el episodio con las misteriosas acciones del Padre Gabriel -quien huye en medio de la noche con toda la comida de la despensa-, también tuvo algo para aportar desde lo enigmático, en lo que se refiere al futuro de la temporada: ¿quiénes forman ese nuevo grupo que rodea a Rick y los suyos, que han caído en una especie de trampa al intentar rastrear a Gabriel? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿A ellos intentaba ayudar Gabriel? ¿Por qué? ¿Y por qué se ve sonriendo a Rick en el plano final? Evidentemente, The walking dead crece a partir de la acción y los misterios, porque cuanto más habla, más tropieza.

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