Título original: Swinging with the Finkels
Origen: EE.UU. / Inglaterra
Dirección: Jonathan Newman
Guión: Jonathan Newman
Intérpretes: Martin Freeman, Mandy Moore, Jonathan Silverman, Melissa George, Angus Deayton, Daisy Beaumont, Paul Chowdhry, Jerry Stiller, Beverley Klein, Edward Akrout, Andi Osho, Tim Beckmann
Fotografía: Dirk Nel
Montaje: Eddie Hamilton
Música: Mark Thomas
Duración: 85 minutos
Año: 2011
3 puntos
PAREJAS Y COMEDIAS ABURRIDAS
Por Mex Faliero
Una pareja aburguesada y aburrida de sí misma luego de nueve años de convivencia, busca alternativas para salir de este presente con destino de fracaso. Una de esas posibilidades, en un recurso que suele servir para la comedia, es el intercambio de parejas. Pero esto no es todo (porque la película se vende desde la «picardía» de los swingers pero está lejos de ser el centro del relato), o tan sólo es el elemento que termina generando el conflicto y la crisis, que suele ser ese recurso con el que la comedia de rematrimonio le hace tomar distancia a los personajes para luego hacerlos confluir con más fuerza. Pero los problemas en Intercambio de parejas no son los recursos trillados y los lugares comunes, sino tan sólo la falta de gracia del conjunto que se sostiene apenas con el oficio de un actor como Martin Freeman para darle algo de espesor a un guión que se cae a pedazos.
El film de Jonathan Newman está inspirado en su propio cortometraje, estrenado en 2008, Sex with the Finkels (Intercambio de parejas se llama en el original Swinging with the Finkels). Como suele ocurrir, si no se comprende adecuadamente la esencia y no se agregan elementos con criterio, los largometrajes inspirados en cortos terminan siendo historias estiradas y demasiado melifluas. Es lo que sucede aquí: la idea de la pareja aburrida y enfrentada a una situación que los supera, ese intercambio de parejas, es mucho más potable para una narración de corta duración que explota lo ridículo del asunto sin demasiado desarrollo. Además, Newman reitera recursos que utilizaba en el corto, como los personajes hablando a cámara, pero sin una justificación; sinceramente no se sabe a quiénes le están hablando esos personajes.
Empezando por ese detalle mencionado anteriormente, nada funciona acá. Intercambio de parejas, coproducción entre Estados Unidos e Inglaterra, tiene por un lado ese humor británico que se pretende más jugado, mientras que recurre a la comedia romántica más naif a la hora de la resolución de los conflictos. Ni una cosa ni la otra salen bien, especialmente porque el director y guionista parece carecer del timing necesario para reflexionar con humor sobre sus temas. Hay una utilización de planos y una forma de abordar los diálogos que hace recordar al Woody Allen de los 90’s (Maridos y esposas), pero las similitudes llegan nomás hasta el aspecto. El elenco hace lo que puede, empezando por Freeman -que está para otras cosas-, el único capacitado para darle ciertas dimensiones a lo que sucede: lo de Mandy Moore y Jonathan Silverman no trasciende de la torpeza de la comedia romántica más ramplona. Lo asombroso es la falta de gracia y virtud para construir chistes, para mirar con novedad a la vida en pareja, para correrse de los estereotipos masculinos y femeninos. Una película realmente floja desde la mirada que propone hasta en las formas que trabaja su humor avejentado, digno de un standapero sin mucha imaginación. Si hasta da cierta tristeza verlo al bueno de Jerry Stiller en un par de secuencias dignas de Olmedo y Porcel.