Buena
LA CUARTA PARED AGRIETADA
Por Rodrigo Seijas
Una de las misiones que parece tener el teatro actual es, desde la puesta en escena, exponer de manera permanente y pertinente el artificio de distintos dispositivos y vertientes audiovisuales, reflexionando sobre sus mecanismos y construcciones. Esto incluye una mirada crítica y reconcentrada en el rol del espectador como una figura tan ausente como presente, que puede reproducir un discurso pero también en cierta forma producirlo. Bananas es una obra que se zambulle de lleno en esa vertiente, delimitando claramente la cuarta pared pero también agrietándola precisamente a partir de ese enérgico trazo.
La obra de Sergio Calvo presenta un concurso televisivo donde los participantes deberán sortear distintos desafíos en pos de ese gran, cautivador premio que son unas bananas, que funcionan como metáfora un tanto explícita de lo banal y vacuo de todo el asunto. Katherine (Manuela Fernández Vivian) es la nueva concursante elegida, siendo tarea suya ir atravesando obstáculos y ganarse el favor del pública, guiada por Richard (el mismo Calvo), un conductor de modales seductores cuya verdadero propósito es asegurarse de que ese mecanismo devorador de personalidades que es el concurso accione y se lleve de la manera precisa y requerida. La búsqueda de reconocimiento, el seguimiento de reglas absurdas y la progresiva despersonalización irán marcando todo el relato, atravesado a su vez por la sensación constante de inevitabilidad y repetición.
En cierto modo, se puede ver una conexión entre Bananas y Marathon, el ya clásico texto de Ricardo Monti –adaptado y reversionado una multitud de veces- donde también el esfuerzo, la competencia y el sinsentido que las impulsaba iban de la mano. Es cierto que Marathon desplegaba muchas más ambiciones, a partir de una narración que combinaba tiempos, relecturas y metáforas políticas de todo tipo, pero aunque más modesta en sus objetivos, Bananas no deja de hacer foco en la sinrazón de algunas metas y compulsiones muy propias del ser humano, del individuo intentando integrarse a una comunidad que en verdad no quiere integrarlo sino devorárselo como una golosina.
En esa cuarta pared agrietada –con un uso de las luces y el fuera de campo donde se intuye el detrás de escena-, en ese dispositivo televisivo deconstruido a través de la prisma de la teatralidad, Bananas se impone como un espectáculo absurdo y divertido, pero también amargo por la forma en que presenta las relaciones de poder. Relaciones asimétricas, desiguales, pero también voluntarias, porque cada vínculo de opresión necesita de una dosis de aceptación por parte del oprimido.
Dramaturgia: Sergio Calvo Actúan: Sergio Calvo, Manuela Fernández Vivian Escenografía: Esteban Siderakis Diseño de espacio: Jimena García Blaya Diseño de luces: Facundo David Video: Roberto Corvatta Asesoramiento de movimiento: Jimena García Blaya Asesoramiento de vestuario: Florencia Orlando Asesoramiento Artes Visuales: Florencia Orlando Colaboración creativa: Román Tanoni Dirección: Luciano Percara Duración: 40 minutos