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Jorge Leandro Colás: “Tomamos la decisión de alejarnos de la estética y la narrativa del reality”

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocola)

los pibes 2Este 1 de septiembre se estrena Los pibes, documental de observación de Jorge Leandro Colás, que se inmiscuye en el universo de los cazadores de talento del Club Boca Juniors, y que retrata a los chicos que buscan un futuro en el fútbol, tanto como al sistema que se aprovecha de esa materia prima humana. En charla con FANCINEMA el directo relata cuáles fueron las principales decisiones formales que tuvo que tomar con su equipo a la hora de recortar las cien horas de rodaje que tenían y concluirlas en un film de ochenta minutos.

-¿Cómo surgió el proyecto de la película?
Con nuestra productora solemos hacer algunos videos y pequeños documentales para las redes sociales de Boca Juniors. A partir de esta situación, un par de años atrás, nos encargaron grabar unas breves entrevistas con algunos miembros del departamento de captación del club. Entrevistamos a García, Madurga, Perotti, Maddoni y nos resultó muy interesante, pero fue en el momento de grabar algunas “imágenes de relleno” para esas entrevistas, cuando conocimos el ámbito de las pruebas. Y ese día, en forma inmediata, dije: “acá hay una película”. Sentía que la búsqueda y la mirada de estos particulares cazadores de talento, la ilusión inmensa de esos niños por jugar en Boca, la presión desmedida de algunos padres pensando en una posible salvación económica, eran piezas que conformaban un mundo sumamente atractivo y potente para hacer un largometraje documental.

-¿Cuáles fueron los principales obstáculos que se presentaron durante el rodaje?
El primer obstáculo, fue claramente el de convencer a los protagonistas de hacer una película sobre ellos. Pensando que este grupo de cazadores de talentos, hace un trabajo muy intenso, está en el centro de muchas miradas y forma parte de un club gigante como Boca Juniors, es lógico pensar que no tan fácilmente aceptarían que un equipo de rodaje los siga a diestra y siniestra durante un año. Poco a poco, los fuimos conociendo y convenciendo y ellos accediendo a la posibilidad de que exista una película sobre ellos. Después, cuando empezó el rodaje, los captadores imaginaban un clásico documental de entrevistas, yo les expliqué un poco mi idea de hacer un documental de observación, pero ellos reclamaban su entrevista, querían contar a qué jugadores descubrieron, qué piensan del fútbol o qué cosa tiene que tener un jugador para triunfar en Boca. Yo les decía que era más interesante que los veamos a ellos en acción a que lo cuenten en una entrevista. No sé si los convencí, pero con el tiempo fueron aceptando nuestro dispositivo de rodaje.

-Hay una forma de organizar el relato que evita la lógica de un reality televisivo. ¿Cómo pensaste esta cuestión? ¿Es algo que se fue dando paulatinamente?
Desde el momento en que planteamos hacer la película, tomamos la decisión de alejarnos de la estética y la narrativa del reality porque nos parecía que era un terreno conocido y difundido reiteradamente por los medios masivos de comunicación. Sabíamos que era un riesgo (y a la vez una suerte de oscura tentación) caer en el efectismo y la fascinación que podían generar algunos conceptos tan explotados por el reality como “la ilusión”, “los sueños” y “el camino a la gloria”. Sabíamos que los pibes serían una parte esencial de la película y que todos estos temas estarían de alguna manera presentes en nuestro relato pero de una forma más tangencial, más lateral. Creo que en este sentido, la decisión más radical y particular que tomamos como germen mismo de la película, era la de volcar el punto de vista hacia los otros pibes, hacia ese grupo de cazadores de talentos, su mundo, su trabajo artesanal, su mirada afilada, su filosofía de barrio. Todo eso nos parecía más atractivo, más desconocido y a la vez, más universal.

-La película evidencia un trabajo notable de montaje. ¿Fue difícil el proceso? ¿Quedó mucho material afuera?
El proceso de montaje -a cargo de Karina Expósito- fue arduo y extenso. Incluso comenzó en paralelo al rodaje de la película. Se generaba algo muy interesante y muy rico en la simultaneidad de estos dos proceso, viendo secuencias para montar encontrábamos necesidades para rodar. El objetivo inicial era ir generando unidades dramáticas autónomas. Poco a poco, algunas de esas unidades iban siendo descartadas y otras sobrevivían. Luego, comenzamos a darle un poco de orden y continuidad a estas secuencias, buscando que haya variedad de personajes y situaciones, que haya una progresión dramática, que haya momentos de tensión y momentos de distensión, que cada escena tenga su clima propio. Llegamos a tener más de cien horas de material bruto que debimos concentrar en los 80 minutos que dura el corte final. Por lo tanto, mucho material quedó en sala de montaje: una visita a un club en La Pampa en donde había muchos chicos de Latinoamérica con la posibilidad de probarse en Boca, algunas conversaciones divertidas entre los captadores, las eternas esperas de los padres mientras se desarrollan las pruebas y la presencia de algún representante que andaba por ahí.

los pibes-Si bien el método es parecido, ¿qué diferencias notás entre Parador Retiro y Los pibes?
Yo soy un gran seguidor del documental de observación, sigo mucho la obra de directores como Wiseman, Depardon o Philibert. En consecuencia, tanto Parador Retiro como Los pibes se pueden inscribir dentro de este estilo documental. Creo que Parador Retiro tenía una forma y una atmósfera mucho más hermética, la cámara no salía nunca del lugar, marcando por un lado ese mundo cerrado que contenía a nuestros personajes, como también el agobio de la situación crítica por la que atravesaban. Esta unidad de lugar la quebramos en Los pibes. Si bien al comienzo, o incluso en el guión presentado al INCAA estábamos más centrados en un espacio casi único, en la Cancha 3 de La Candela, en donde se hacen la mayorías de las pruebas en Buenos Aires, en la dinámica de rodaje, nos fue pareciendo más interesante abrir el relato hacia otros lugares, hacia otros contextos. Creo que la película gana, cuando va de viaje con los captadores a algún club de provincia, cuando va a la Villa 1-11-14 a realizar una prueba especial o visitando un simple partido de baby futbol.

-Se suele juzgar a los documentales de observación como si fueran neutrales, lo cual considero una falacia. ¿Qué opinás al respecto?
Coincido completamente. La neutralidad y la objetividad no existen dentro del documental ya que siempre hay recorte y manipulación. A diferencia de otro tipo de documental, el cine de observación tal vez sí muestra un mayor nivel de “pureza” o de “despojo” en cuanto a estilo o recursos formales cinematográficos. No hay una música que ayude al espectador a liberar sus emociones, no hay una voz en off que guíe de forma unívoca el relato, no hay un montaje dialéctico entre entrevistados diversos.

Los pibes parece discurrir en dos niveles: el que muestra una realidad institucional y su funcionamiento y el que devela progresivamente una lógica un tanto perversa de selección y de competencia. ¿Existió una conciencia de ello mientras filmaban o surgió como idea a la hora de editar?
La película muestra en una primera capa, lo que sería el funcionamiento institucional del departamento de captación de Boca, atravesando todas las etapas de pruebas: desde las primeras y multitudinarias, pasando por las pruebas especiales, los selectivos, las tareas burocráticas y culminando con los fichajes de los elegidos. Dentro del rodaje fuimos descubriendo, una y otra vez, pequeñas situaciones, duras y ásperas, que hacían enfrentar a los chicos con una realidad práctica y mercantil, con leyes propias de mercado: se los identifica y valoriza por el año de nacimiento, la condición física o el puesto en el que juegan. Fuimos entendiendo que se trata de un mecanismo que cruza lo deportivo con lo industrial, de manera bastante cruel, ya que los captadores ven a unos 40.000 niños o adolescentes por año y sólo unos 10 ó 12 quedarán en las divisiones inferiores del club.

-¿De qué modo repercutió el documental en los protagonistas una vez que lo vieron?
Los captadores vieron la película en la productora y luego proyectada en una sala con público en el BAFICI. Las primeras reacciones fueron muy intensas. Podría decir que la pasaron bien, la pasaron mal, me putearon, me felicitaron. Ellos nos abrieron las puertas de su intimidad, pusieron el cuerpo y obviamente quedan expuestos. Finalmente, uno de ellos dijo: “el que no entiende que el día a día del fútbol, en un club grande como Boca es esto, no entiende nada”. En este sentido, creo que vieron representado su mundo, su trabajo, con sus cosas buenas y también con sus cosas malas.

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