Muy Buena
EL OTRO QUE ES UNO
Por Rodrigo Seijas
Ya en Si no te veo, felices fiestas (que en verdad es posterior a la obra que nos ocupa), el director, actor y dramaturgo Pablo Bellocchio había demostrado un profundo interés en cómo el entrecruzamiento entre personajes en una situación espacio-temporal particular afecta no sólo el destino de los protagonistas, sino también la materialidad teatral que habitan, con el molde escénico adaptándose a los acontecimientos. En Los Lascia (que acaba de arrancar su cuarta temporada), ese interés se repite, casi como una obsesión, aunque encontrando el punto justo de diferenciación y renovación.
En verdad, no estamos ante una sola obra, sino dos: Esto es tan solo la mitad y De todo aquello que me contaste. Ambas se complementan mutuamente, se necesitan, interactúan entre sí, pero también consiguen sostenerse por sí solas, poseen autonomía y eso redobla el interés en ellas. La estructura mayor que las cobija es el velorio de un padre, Piero Lascia. El hombre ha construido –lo cual, como se irá viendo, es una descripción amistosa- dos familias: por un lado están sus hijos de San Juan, a los que abandonó cuando eran pequeños; por el otro sus hijos de Buenos Aires, a los que tuvo con otra mujer y con quienes pasó toda su vida. Cada familia conoce la existencia de la otra, pero ese conocimiento es mínimo, casi aparentemente insignificante. Aunque en verdad no es tan insignificante, porque tendrá un papel decisivo.
Esa duplicidad de la estructura madre, albergando dos textos que interactúan, se traslada a los dilemas centrales y a las historias de los personajes: Los Lascia es una obra atravesada por la dualidad, donde conviven la verdad con la mentira; lo que se oculta y lo que se revela; lo aparente y lo real; el pasado y el presente; los silencios y los gritos; los que han huido del núcleo familiar y los que han permanecido irremediablemente atados; los que quieren saber más y los que se conforman con la información que tienen; y, principalmente, lo propio con la otredad. Ese funeral será el disparador perfecto para que las divisiones y posiciones establecidas sean puestas en crisis e incluso se dinamiten por completo.
No deja de llamar la atención cómo Esto es tan solo la mitad y De todo aquello que me contaste se interconectan espacial, temporal y dramáticamente, pero es la segunda la que explicitan mucho más los dilemas de los personajes, que giran primariamente alrededor de esa figura paterna que ha tenido más de un vínculo siniestro con los años de plomo de la última dictadura militar argentina. Allí es donde podría surgir cierto cuestionamiento, en cómo el texto parece abandonar las capas de conflicto que venía construyendo desde los choques personales –que incluso son expresados a partir de un humor muy bien trabajado desde las situaciones absurdas-, para adentrarse en lo político de manera muy directa. Pero eso podría ser respondido en la necesidad que invade a los protagonistas de sacar afuera el horror que llevan adentro, en sus historias particulares y en sus vínculos sanguíneos.
Si bien es cierto que Si no te veo, felices fiestas luce más compacta en su entramado narrativo, que fusiona con total fluidez tramas y subtramas, Los Lascia tiene a su favor una conclusión que podría calificarse de optimista y luminosa. Ese optimismo y luminosidad, un tanto subterráneos, surgen desde las verdades que se van revelando a cuentagotas, ganándoles a las mentiras, del mismo modo que la vida triunfa frente a la muerte. Cuando lo familiar sólo da la impresión de cimentar el horror y la oscuridad, cuando los mandatos paternales amenazan imponerse, germina un resquicio para la rebelión filial, como una luz al final del túnel. De eso trata Los Lascia, de cómo los hijos tratan de generar historias propias.
Elenco: Rodrigo Bianco, Carolina Darman, Matías Dinardo, Jorge Gentile, Jimena López, Gimena Romano Larroca, Nicolás Salischiker, Valeria Zylberberg Dramaturgia y Dirección: Pablo Bellocchio Asistente de dirección y escena: Mariví Yanno Diseño de Luces: Lucas García Prensa: Lascia Colectivo de Trabajo Diseño Gráfico: Rodrigo Bianco Fotografía: Antonela Granati Sala: Timbre 4 (México 3554, CABA). Viernes a las 23:15. Hasta el 24 de junio.
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