Buena
Lo maternal deconstruido
Por Rodrigo Seijas
Una mujer hablando sola, aunque en verdad habla con otras personas, por más que no las veamos. Esas personas son su hijo, su madre y su psicóloga, y esa interpelación con tres figuras invisibles y decisivas plantean el conflicto central que recorre Te estaba cuidando.
En apenas algo más de cuarenta minutos, la obra escrita y dirigida por Virginia Kaufmann, despliega una serie de dilemas que atraviesan a su protagonista, interpretada con gran solvencia por Cecilia Miserere: tenemos a una mujer recurriendo prácticamente a un monólogo, en un escenario que representa su casa, hablando principalmente con ese hijo al que intenta criar como puede; con esa figura materna que sobrevuela su existencia y que la marca no sólo como hija, sino también en su propio desempeño como madre; y con un individuo externo y analítico, que hace presión desde su particular interpelación respecto a sus propias barreras internas.
Pero será lo espiritual lo que terminará por sacudir las estanterías actitudinales de la protagonista, haciendo crujir su visión de la realidad que la rodea, y al mismo tiempo explicitando las instancias desestabilizadoras y sujetas a libre interpretación de la obra. Esas personas con las que habla la mujer, se podrían decir que están presentes a través de su ausencia, ¿pero lo están realmente? ¿Tienen una verdadera capacidad para contestar, o sólo aparece la respuesta que les otorga esa mujer a la que vemos, quien siempre es la portadora de la palabra? ¿Cómo son físicamente? ¿Cómo suenan sus voces? ¿Qué gestos utilizan? ¿Existen realmente o son apenas huellas, meros rastros de sujetos?
Lo que nos queda solamente como presencia palpable es la de esa mujer atrapada por la soledad aún cuando esté acompañada, lo cual no le quita complejidad a la narración sino que la potencia. Si los seres humanos nos definimos en buena medida por el contacto con los demás, el carácter invisible de quienes rodean a la protagonista dice mucho sobre ella, y sobre los roles que pretende cimentar para sí y para con los otros. Las madres no existen sin los hijos, ni los hijos sin las madres, por lo que da para preguntarse hasta qué punto la ausencia pone en crisis la identidad de quienes vemos en escena. Por eso lo espiritual cobra nuevo valor y hasta pone en duda la materialidad de la protagonista, funcionando como factor de deconstrucción de esa institución eterna que es lo maternal.
Claro que esta sucesión de razonamientos es apenas una interpretación de varias que puede proponer Te estaba cuidando, obra definitivamente incómoda y hasta con algunas lagunas narrativas, con un personaje que genera una rara empatía, no sólo desde sus padecimientos sino principalmente desde sus defectos. Es que lo humano nos interpela, aún desde lo negativo, porque nos habla de nuestros propios límites.
Autoría: Virginia Kaufmann Actúan: Cecilia Miserere Asesoramiento de arte: Martin Palladino Asesoramiento técnico: Ricardo Jellinek Multimedia: Laura Casella Prensa: Octavia Gestión Cultural y Comunicación Producción ejecutiva: Fiorella Costadoni Música original: Lisandro Etala Producción General y Dirección: Virginia Kaufmann Duración: 50 minutos Sala: La Casona Iluminada (Avenida Corrientes 1979, CABA) – Viernes a las 22:00. Hasta el 24 de junio.
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