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Dead rising: watchtower

dead1Título original: Dead Rising
Origen: EE.UU.
Dirección: Zach Lipovsky
Guión: Tim Carter
Intérpretes: Jesse Metcalfe, Meghan Ory, Virginia Madsen, Keegan Connor Tracy, Aleks Paunovic, Dennis Haysbert, Gary Jones, Carrie Genzel, Rob Riggle, Reese Alexander, Harley Morenstein, Julia Benson, Peter Benson
Fotografía: Mahlon Todd Williams
Montaje: Mike Jackson
Música: Oleksa Lozowchuk
Duración: 118 minutos
Año: 2015


4 puntos


No más películas de videojuegos (ni de zombies)

Por Matías Gelpi

(@matiasjgelpi)

dead2Como civilización nos debemos dos cosas: un acuerdo ambiental mundial sostenible y serio para preservar (y también sanear) los ecosistemas del planeta, y una película buena basada en videojuegos. Parece que el año que viene llega Assassin’s creed, con Michael Fassbender, para poner las cosas en su lugar. Mientras tanto, nuestra generación ha sido golpeada con secuela tras secuela de Resident evil, cosas horribles como Hitman o Max Payne, y cosas infernalmente malas, de esas que te hacen ganas de dejar de ver películas, como House of the dead, de Uwe Boll.

A todo esto, Dead rising: watchtower está basada en el juego Dead rising (2006), que podemos decir que es producto de la prehistoria de la zombiemanía (cuando The walking dead era un sueño imposible) iniciada por El amanecer de los muertos (remake de la película de George Romero, padre de todos los zombies, filmada en 2004 por Zack Snyder) y prefigurada por Exterminio (Danny Boyle, 2003).

El director Zach Lipovsky nos cuenta un relato típico del subgénero: no veremos el inicio del apocalipsis sino cómo la humanidad ha contenido e intentado solucionar el problema de sanidad, que en Dead rising: watchtower es un virus controlable que paulatinamente convierte a la gente en zombie.

Una secuencia de masacre de muertos vivientes es la introducción y rápidamente nos encontraremos ante un film de clara factura televisiva, originalmente distribuido por la plataforma Crackle (parecida a Netflix), y que está dividido en bloques que comienzan con imágenes de un noticiero que cubre los hechos de la trama, y donde veremos una graciosa entrevista realizada por una periodista interpretada por Carrie Genzel a un sobreviviente al primer brote zombi, Frank West (personaje principal del videojuego original), encarnado por el siempre gracioso Rob Riggle. El chiste está bien si no fuera porque se repite cada cierta cantidad de minutos y termina perdiendo efectividad. Al final de cada bloque aparece un fundido a negro que funciona como punto y aparte arbitrario, y que sólo sirve para distraer si uno está mirando la película de corrido y sin publicidad, lo cual deviene en un montaje tosco y poco fluido.

Lipovsky no termina de decidirse a hacer un producto chanta o despreocupado. Vemos a los personajes hacer unas armas ridículas, enfrentarse a unos punks anacrónicos, y a unos zombies que varían su condición de acuerdo a la conveniencia del guión: a veces son extremadamente débiles y lentos, y otras veces tienen inteligencia, se mueven rápido y tienen fuerza. De fondo una subtrama conspirativa innecesaria y aburrida, que termina convirtiendo el final y clímax de la película en una ridiculez astronómica.

Dead rising: watchtower no puede escaparle a su condición genética previa: estar basada en un videojuego la condena al infierno de las películas malas. Además, nos deja sonando una frase que retumba en las cabezas de todos los cinéfilos: hay que dejar de robar con los zombies por dos años.

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