Por Mex Faliero
El periodista y escritor Agustín Marangoni ya había jugado con los recursos narrativos en su primera e intrigante novela Gutiérrez, y ahora redobla la apuesta con un libro de microrrelatos: Nadie escuchó el último secreto. El microrrelato es un formato frecuentado, aunque sin una incidencia fuerte en el universo de la industria literaria. Es más un juego, una propuesta en la que el autor se autoexige a encontrar el germen de cualquier historia. Cualquier historia, pero no cualquiera: lo que se cuenta debe ser el origen de algo que sirva para que el lector complete, que revele un mundo que merezca ser imaginado. Un aporte único, donde la presencia del lector y su propio universo resultan fundamentales para develar el frío misterio de textos como “-La ciudad no está vacía- le advirtió. Todos sus habitantes son francotidadores”. Estirando los límites impuestos por el -tal vez- micorrelato más perfecto, el de Monterroso que decía “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, Marangoni realiza un viaje dividido en cuatro capítulos que le permiten desandar diversas posibilidades del formato: Infancia; Policiales; La Biblia; Mundos posibles son divisiones administrativas, pero que exhiben la capacidad del libro para ser varias cosas. Por un lado, ser autoconsciente y hasta paródico del propio formato: “. misteriosamente El fue desordenado cuento” y estira lo lúdico hasta límites insospechados. Por otro, inspecciona las posibilidades del relato cortísimo para reducir una historia a su mínima expresión: la sección de Policiales es todo un claro ejemplo de eso. O se le anima a la sátira en su reescritura de La Biblia en tono decididamente humorístico. Y eso, el humor, es lo que precisamente termina por encontrar un sentido: desde un formato convencional donde el blanco excedente le da un marco inmejorable al microrrelato que preside el mismísimo centro de la página hasta las ocurrencias pensadas como onliners, pero siempre lejos de la banalidad y con una vibración sobre el mundo y su oscuridad progresiva: “La verdad es que el silencio está viejo y llega tarde a todos lados”. FANCINEMA no es un sitio sobre literatura, pero esta columna acotada por su premisa espacial es un buen lugar desde el cual recomendar esta obra estimulante.
-Nadie escuchó el último secreto se consigue en: Fray Mocho (Belgrano 2877), Libros de la arena (Rivadavia 2724, Güemes 2717, Güemes 3198, Alem 3969, Constitución 5071), Polo Norte (Constitución 5843), Yoshimi (Luro 3139 Local 13), Corrientes 1740), Como la cigarra (Gascón 2924), La barca antigua (San Luis 2082)
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