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El rey escorpión 4: la búsqueda del poder

escorpion posterTítulo original: The Scorpion King: The Lost Throne
Origen: EE.UU.
Dirección: Mike Elliott
Guión: Michael D. Weiss
Intérpretes: Victor Webster, Ellen Hollman, Will Kemp, Barry Bostwick, Rutger Hauer, Michael Biehn, M. Emmet Walsh, Royce Gracie, Leigh Gill, Esmé Bianco, Eve Torres, Brandon Hardesty, Rodger Halston, Lou Ferrigno
Fotografía: Trevor Michael Brown
Montaje: Brian Scott Steele
Música: Geoff Zanelli
Duración: 105 minutos
Año: 2015
Compañía editora: AVH


5 puntos


Trucho, pero no tanto

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

escorpion unoDesde su mismo comienzo, la saga de El Rey Escorpión tuvo un espíritu clase B: el personaje apareció por primera vez en La momia regresa (2001), en una de las secuencias finales, como una especie de villano computarizado que rozaba lo bizarro, fruto de unos efectos especiales bastantes deficientes. Luego vino el primer film, estrenado en cines en el 2002, con el personaje encarnado por Dwayne Johnson convertido súbitamente en un héroe, en un relato con rasgos de entretenimiento de cierta nobleza. Ya directo al DVD fueron lanzadas El rey escorpión 2: el nacimiento del guerrero, una precuela cuyo mayor pecado era ser demasiado seria sin tener los recursos necesarios para determinados tópicos dramáticos; y El rey escorpión 3: batalla por la redención, que lo muestra al protagonista, Mathayus, luego de la caída de su reino, convertido en un mercenario. El rey escorpión 4: la búsqueda del poder continúa por la misma senda que su antecesora, lo cual la limita desde un comienzo pero también le agrega una buena dosis de honestidad.

Todo es de segunda mano en El rey escorpión 4: la búsqueda del poder, incluidos los actores, empezando por el principal, Victor Webster, quien ya estaba en la tercera parte y que es indudablemente muy limitado en sus capacidades interpretativas, pero se las arregla relativamente bien. Pero también tenemos en el reparto a Rutger Hauer, Michael Biehn, M. Emmet Walsh, Lou Ferrigno y Barry Bostwick -todos en plan “estoy por la guita, aunque quizás la pueda pasar razonablemente bien”-, además de Will Kemp como el villano y a Ellen Hollman como la chica ruda destinada al romance con Mathayus. Y aunque la historia -con Mathayus traicionado por un amigo y teniendo que detener a un monarca que busca una gigantesca fuente de poder- apenas si se sostiene, los escenarios son de cartón corrugado, los efectos visuales son de cuarta y los extras parecen reclutados en la televisión argentina, todo eso importa poco y nada, porque el film desde el mismo comienzo apuesta por el humor absurdo, celebrando la aventura por la aventura misma, dejando la seriedad totalmente de lado y haciéndose cargo con total desparpajo de su carácter de producto hogareño.

Su simpática autoconciencia no le termina alcanzando a El rey escorpión 4: la búsqueda del poder para llegar al aprobado: tiene demasiados pozos narrativos y problemas de puesta en escena, que encima podrían haber sido eludidos con sólo un poco más de cuidado a la hora de trabajar el guión y la dirección, como si el film de Mike Elliott se conformara con ser apenas discreto. Aún así, no dejan de colarse algunas ideas interesantes respecto a cómo la ciencia puede ser confundida con magia, alimentando los imaginarios que cimentan los mitos. Esto último da una pauta de lo que es la película: algo chiquito, que podría haber sido más, pero que se sobrepone a unos cuantos prejuicios. Es que a veces lo trucho no es totalmente trucho.

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