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Al límite del atardecer

sunset limited posterTítulo original: The Sunset Limited
Origen: EE.UU.
Dirección: Tommy Lee Jones
Guión: Cormac McCarthy, adaptando su propia obra de teatro
Intérpretes: Samuel L. Jackson, Tommy Lee Jones
Fotografía: Paul Elliott
Montaje: Larry Madaras, Roberto Silvi
Música: Marco Beltrami
Vestuario: Lyn Paolo
Duración: 91 minutos
Año: 2011
Compañía editora: AVH


5 puntos


Más teatro que cine

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

sunset limited unoEn Al límite del atardecer podemos ver unos cuantos nombres de gran peso involucrados, todos ellos muy atendibles: Tommy Lee Jones y Samuel L. Jackson en los solitarios protagónicos; el primero de ellos a cargo de la dirección; Barbara A. Hall (Operación Monumento, Este es el fin, Secretos de Estado y Hanna, entre otros) en la producción; y Marco Beltrami (Guerra Mundial Z, Vivir al límite, El tren de las 3:10 a Yuma) a cargo de la banda sonora. Y, obvio, Cormac McCarthy escribiendo el guión, basado en su propia obra teatral. Sin embargo, no todo termina de funcionar de la manera correcta.

El film sólo tiene dos personajes, conocidos simplemente como White (Jones) y Black (Jackson), en una evidente alusión racial. Todo empieza con la llegada de los hombres al departamento de Black en Nueva York y enseguida nos vamos enterando de que Black salvó a White, quien buscaba suicidarse tirándose debajo de un tren, el Sunset Limited (de ahí el título original). Mientras White es un profesor universitario ateo, Black es un ex convicto y cristiano evangélico. Ambos son estereotipos enfrentados y de esta manera se va planteando el film, estableciendo un debate dialéctico sobre lo que implica el sufrimiento humano, la posibilidad de felicidad, la existencia de Dios y el derecho al suicidio, a decidir sobre los límites de la propia existencia.

Es innegable que, a pesar de estar situada en un único escenario, con apenas dos personajes, Al límite del atardecer es una película indudablemente ambiciosa en los tópicos que va transitando. El problema es que el texto de McCarthy se va haciendo demasiado pesado, dependiendo en demasía de la palabra en detrimento de las imágenes. Ese factor negativo en la obra del autor quedaba casi anulado en Sin lugar para los débiles gracias al virtuosismo narrativo de los Coen, pero se evidenciaba fuertemente en La carretera y El abogado del crimen. Acá sucede algo similar, a pesar de los esfuerzos de Jones para imprimirle nervio y vigor a lo que se está contando. Todo termina dependiendo exageradamente de las actuaciones -sólidas y sin grandes excesos, hay que reconocerlo- y de ciertos toques climáticos concluyentemente interesantes por parte de la música de Beltrami.

Lo cierto es que a pesar de algunos diálogos atractivos y un final desolador, ciertamente arriesgado en su pesimismo, Al límite del atardecer termina condenada por su condición de telefilm, más cerca del teatro que del cine.

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