Título original: Carjacked
Origen: EE.UU.
Dirección: John Bonito
Guión: Michael Compton, Sherry Compton
Intérpretes: Maria Bello, Stephen Dorff, Connor Hill, Robert Peters, Cynthia Rube, Michael Arata, Gary Grubbs, Josh Gates, Tim Griffin
Fotografía: Theo van de Sande
Montaje: Matt Hathcox, Michael Kuge
Música: Bennett Salvay
Duración: 89 minutos
Año: 2011
Compañía editora: SBP
5 puntos
Aires de desesperanza
Por Mex Faliero
Una mujer que atraviesa un duro divorcio y que es cuestionada en rondas de autoayuda por sus compañeras debido a su carácter débil y culposo, es puesta a prueba en una situación límite: mientras carga combustible en una estación de servicio rutera, un asaltante de bancos se mete en el vehículo y la obliga a trasladarlo hasta el encuentro con su socio atravesando retenes policiales y generando un vínculo que transita caminos de ambigüedad. Pero en definitiva, lo que intentará Secuestrados -film dirigido por John Bonito y editado aquí por SBP-, más allá de indagar en aspectos morales entre el bien y el mal, es mostrar el pasaje de la protagonista desde su potencial debilidad hasta su definitivo encuentro de la autoconfianza y la decisión personal.
Es llamativo el parecido en el punto de arranque entre este film y la recientemente estrenada Aires de esperanza, de Jason Reitman. Hay una mujer que vive sola con su hijo, que evidentemente no está bien psicológicamente, y un delincuente que irrumpe en sus vidas intempestivamente para dar un vuelco emocional en la protagonista. Incluso si aquella transcurre casi en su totalidad dentro de una casa, esta sucede casi en el interior del auto. Hasta hay en ese vínculo obligado y furtivo un intento de escape y de vida común fuera de la frontera de los Estados Unidos. Pero donde en el film de Reitman priva el melodrama, lo que hace el director Bonito es potenciar el thriller y la acción con resultados más o menos correctos que se desbarrancan sobre el final.
Más allá de sus propias limitaciones, que tienen que ver con la forma un poco burda en que se exponen los conflictos, Secuestrados tiene en su comienzo una interesante economía de recursos para desarrollar los problemas de su protagonista, y en su nudo un acertado trabajo sobre los climas y los vaivenes de la conversación para sostener el tour de force narrativo de mantenerse dentro de un auto. Como decíamos, los problemas decantan en la resolución, donde de buenas a primeras se vuelve una road movie reaccionaria y nuestra protagonista pasa de mosquita muerta a émula de Sarah Connor en una milésima de segundo. Una pena, porque en su pequeñez era un film hasta atendible, que ponía el dedo en la llaga moralista: ¿qué es el bien, qué es el mal? En todo caso, si se sostiene un poco es gracias a la solidez de Maria Bello y del sobreactuadísimo Stephen Dorff, como la víctima y su secuestrador respectivamente.