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The east

poster eastTítulo original: Idem
Origen: EE.UU. / Inglaterra
Dirección: Zal Batmanglij
Guión: Zal Batmanglij, Brit Marling
Intérpretes: Brit Marling, Alexander Skarsgård, Ellen Page, Toby Kebbell, Shiloh Fernandez, Aldis Hodge, Danielle Macdonald, Hillary Baack, Patricia Clarkson, Jason Ritter
Fotografía: Roman Vasyanov
Montaje: Bill Pankow, Andrew Weisblum
Música: Halli Cauthery, Harry Gregson-Williams
Duración: 116 minutos
Año: 2013
Compañía editora: Blushine


5 puntos


Los buenos y los malos

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

east unoEl indie parece uno de los pocos territorios posibles para temáticas políticas dentro del cine norteamericano. Hacia allí apunta The east, nombre del film y de la agrupación anarquista en la que la agente Sarah se infiltra para informar a las grandes corporaciones sobre la actividad de este movimiento: The east atenta contra aquellos empresarios que con sus acciones dañan el medio ambiente, a la vez que hacia adentro siguen algunos postulados neo-hippies que son mostrados un poco como fenómeno sectario. La película dirigida por Zal Batmanglij -y escrita por este junto a la protagonista Brit Marling-, tiene algo de la aridez del cine político que se hacía en los 70’s, pero sucumbe ante cierta mirada positivista y bienpensante del presente.

Si bien decíamos que el film se parece a aquellas películas del Hollywood de los 70’s, no se parece tanto al cine de un referente como Sidney Lumet sino más bien al de un progresismo un poco vacuo como el de Robert Redford o Warren Beatty, un progresismo que incluso cree en las bondades del hombre y de cómo una experiencia extrema lo puede modificar -para bien-. No hay pesimismo. Básicamente la mirada de la película sobre los activismos es un poco naif y afectada, como la actuación de Ellen Page aquí. Digamos que The east se atreve a algunas cosas, pero parte de un punto de vista tan extremo que su análisis resulta escasamente complejo (ver por ejemplo esa jefa irredimible de Patricia Clarkson): los malos son malos y los buenos, con algunos dobleces, son buenos. Incluso comete el pecado de incurrir en el triángulo sentimental para conseguir algo de misterio.

Hay que reconocer que la película a Batmanglij tiene una primera hora en la que genera algo de interés, gracias a los climas de thriller psicológico que construyen alrededor de una agrupación y un universo que desconocemos. Pero progresivamente la película va perdiendo interés y se desinfla, fundamentalmente porque se convierte antes que en un film político en uno de reconversión personal, ese subgénero tan querido por Hollywood. Es decir, a Batmanglij le termina importando más cómo la fría agente Sarah va recapacitando y contaminándose de las proclamas de la agrupación donde está infiltrada, que ponerse a reflexionar sobre lo positivo y negativo de las acciones que llevan adelante estos grupos, de la justicia, de la moral, de la ética. Esos límites que el film bordea pero nunca atraviesa, hacen que se termine convirtiendo en una especie de Bourne sin tiros. Una de buenos y malos, pero sin la fascinante puesta en escena de Paul Greengrass. Una película con una premisa atractiva arruinada por un ánimo políticamente correcto.

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