Por Rodrigo Seijas
En la Competencia Argentina participa Algunos días sin música, una pequeña sorpresa dentro de la selección, gracias a un relato mínimo que nunca abandona a tres chicos que aprovechan varios días sin clases por el fallecimiento de una maestra. La historia se configura con paciencia, sutileza y cuidado, interviniendo cuestiones referidas a las figuras paternas, la búsqueda de una identidad y hasta la aparición del primer amor, con el marco urbano mendocino de fondo. Y a pesar de su minimalismo, se nota que el director Matías Rojo, en su ópera prima, hizo la película que quiso, aportando un punto de vista autónomo y coherente. En diálogo con FANCINEMA, el cineasta habló sobre diversos aspectos del filme y su producción.
-¿Cómo surge y se desarrolla la idea de la película? ¿El relato siempre tuvo la misma estructura o fue cambiando?
El principio del relato fueron los tres personajes principales (Email, Guzmán y Sebastián), la manera en que sus historias se fueron uniendo terminó de conformar una trama. Me gustaba que hubiera algo así como una creencia que los uniera y lo encontré a partir de la idea de que “cuando tres personas desean lo mismo al mismo tiempo algo pasa”. El guión tuvo muchas reescrituras con ayuda de asesorías. En cada una de esas reescrituras se fueron solidificando aspectos estructurales, desde una mirada más racional del guión, pero siempre tratando de no perder la espontaneidad y el humor que tenía la primera versión. La base narrativa de la película es miniatura, quería que a partir de ahí se fueran sumando capas de detalles, y así construir un tipo de historia de lecturas diversas. Cuando comenzamos con la puesta en escena hubo decisiones que modificaron el guión, tan así que la forma final del relato la encontramos en el montaje.
-¿Cómo fue el proceso de selección del elenco, en especial con los chicos? ¿Qué aportó cada uno de ellos a sus respectivos personajes?
Como los perfiles de los personajes en el guión eran tan precisos, iniciamos una búsqueda de chicos que tuvieran personalidades y características físicas que casi pudieran solaparse con los personajes. A su vez quería que fueran bien distintos entre sí, fotográficamente hablando. Cuando tuvimos la posibilidad de verlos a los tres juntos y también ver cómo se miraban entre ellos, recién ahí pudimos terminar de definir a los actores. Los chicos se acercaron a los personajes de distintas maneras: tuvieron que aprender textos pero también a pegar patadas karatecas, bailar o andar en bicicleta de a tres. Los tres se animaron a reescribir e improvisar diálogos, son inteligentes e intuitivos y eso permitió que la película girara alrededor de ellos.
-Los tres personajes lidian, de diferentes formas, con figuras paternas en crisis y/o ausentes. ¿Por qué el tema tiene tanto peso en la trama y cómo lo pensaste en función de la narración?
La relación padre-hijo es inherente a todos, todos somos “hijos de”, y en los chicos de Algunos días sin música pareciera ser parte constitutiva de ese momento de sus vidas. La búsqueda narrativa en relación a ese vínculo fue tratar de darle cierta contradicción, tambalear entre querer diferenciarse y acercarse, entre la autonomía y buscar el afecto del otro. Los actores adultos aportaron mucho en este sentido, tratando de esquivar el facilismo de caricaturizar a los padres.
-¿De qué manera influyó el paisaje urbano mendocino en la película?
Cuando hicimos la búsqueda de locaciones teníamos muy claro que queríamos exteriores abiertos, con profundidad y luminosos. La mayoría de los exteriores son de Luján de Cuyo, en las afueras del Gran Mendoza. La relación entre personajes y espacio fue algo que en la puesta en escena se fue profundizando, buscando transmitir la sensación de que no podrían haber estado en otro lugar. Uno de mis mayores dilemas en este sentido estuvo en la cuestión del “paisajismo pintoresco” con el que habitualmente se retrata a Mendoza. Intenté que existiera una relación más orgánica del espacio con el relato. Espero haberlo logrado.
-¿Tuviste algún tipo de referente a la hora de filmar la película? ¿Algún director y/o película que te sirviera de guía?
Está dando vueltas un poco el fantasma de Cuenta conmigo. Creo que hay algo de la sensación de autonomía que me transmitió cuando la vi, hace ya muchísimo, que quise que sobrevolara a estos pibes. Cuando pienso en películas que vi en la etapa de preparación de Algunos días sin música, aparecen La piel dura, de Truffaut, y Kes, de Ken Loach. Son películas que me gustan mucho, volví sobre ellas todo el tiempo.