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11° TRIMARCHI: el arte de lo político

Por Julieta Paladino // fotos: David Pafundi

Antes de que continúe la segunda jornada de la TRImarchi DG 2012 con las actividades nocturnas, el esperado DJ set de Boom Boom Kid, Nirso BR, Cumbia Grande y los mejores DJ en Sobremonte, me dispongo a relatarles lo que fue esta segunda jordana de diseño, cuyas conferencias concluyeron con tremenda fuerza de la mano de Emory Douglas, diseñador y miembro de los Black Panters de Estados Unidos.

Luego de los workshops matutinos, la tarde comenzó con la exposición de la gente de 2VEINTE, un estudio de motion graphics de Buenos Aires que ha trabajado para firmas importantísimas tales como MTV, VH1, Nike entre otras. El equipo comenzó formado por sólo tres integrantes y, con el transcurso del tiempo, lograron crecer, conseguir más trabajos y, en la actualidad, son alrededor de diez los jóvenes que integran el grupo. Este crecimiento les trajo también un progreso en cuanto a la tecnología y a la complejidad de las animaciones realizadas. Su forma de trabajo es y siempre ha sido totalmente grupal: discuten cada proyecto desde el comienzo hasta final y cada decisión es tomada entre todos. Todos se fueron formando en otros estudios de motion graphics y recomiendan a quienes recién están comenzando a moverse en este campo, empezar trabajando en lugares donde puedan recibir cierta formación y evitar el aislamiento.

Después de años de golpear las puertas de tantas grandes marcas, han ido consiguiendo montones de trabajos y gozan hoy de gran reconocimiento. De hecho, durante años intentaban participar de la TRImarchi y recién este año pudieron entrar.

La segunda cita de la tarde también fue nacional y marplatense. Los chicos de COCO, que organizan este evento multitudinario de diseño, expusieron sobre sus diferentes trabajos artísticos, también ellos haciendo gran foco en lo grupal. De hecho, desde hace años se han propuesto diferentes juegos en el que todos intervienen la obra del otro, sin importar si conocen más o menos el lenguaje artístico propuesto, ya que cada uno termina aprendiendo de los demás. Como niños que se reúnen a jugar en una colonia de vacaciones, ellos se juntan por horas a crear tanto obras plásticas como musicales, a veces con invitados desconocidos convocados por Facebook. Cada participante y toda propuesta enriquece la experiencia y, de los resultados obtenidos, particularmente con las bandas musicales formadas en los últimos años, decidieron grabar un disco de vinilo y crear un propio sello discográfico para hacerlo. Obviamente los muchachos corren con la ventaja de contar con dos sonidistas en el equipo.

Algunas de las obras de este equipo de doce personas están expuestas en Buenos Aires, inclusive la goma de tractor que fue fotografiada para la tapa del disco y que posee una larga historia portuaria que le da un aroma muy particular. Trabajando siempre de manera colectiva, también encontraron una manera grupal de financiar sus proyectos discográficos y otros proyectos artísticos a realizar en Perú, fue así que se les ocurrió crear las fiestas CHAAV. La diversión, la amistad y el sentido de interacción grupal siempre presente en el equipo que conforma COCO.

A continuación, fue el momento de Chuck Sperry del taller FIREHOUSE que, más que una conferencia, brindó una suerte de clase magistral sobre la historia de su estudio, sus comienzos en el diseño, la sátira política norteamericana, para concluir finalmente con todo un recorrido histórico por el diseño de afiches de bandas de rock en la ciudad de San Francisco.

A lo largo de su relato, se hizo siempre evidente el uso de temáticas políticas. De hecho, en un primer momento, él estaba convencido de que profesionalmente se iba a dedicar exclusivamente a la sátira política. Esto fue así hasta que el punk rock entró a su vida, conoció la gráfica de estas bandas y comenzó a tomar inspiración de los afiches fotocopiados que creaba un amigo, quien aprovechaba el blanco y negro al máximo prestando gran atención a todo el proceso de impresión. Chuck se metió de lleno en la estética trash del punk y comenzó a romper reglas: usaba malas tipografías de manera intencional, ampliaba las imágenes tanto al punto de que estas prácticamente explotaban.

Cuando Missoury ya era bastante aburrida para él, decidió mudarse a New York donde comenzó a trabajar en una revista de historietas underground y luego en World war 3, la revista de sátira política más vieja e importante de los Estados Unidos. Estaba conformada por un conjunto de artistas que trabajaba de manera colaborativa devolviendo las ganancias a la revista misma. En estos años comenzó a colaborar con la banda controversial Dead Kennedys, ilustrando algunos de sus discos, y participando junto a ellos en actividades para alimentar a los pobres y tomar calles de New York. Pero todo esto terminó en un revuelo, “la policía pudrió todo”, se quedó sin lugar donde vivir y tuvo que escapar a San Francisco, donde vive desde 1989. Una vez allí comenzó a trabajar en una tienda de comics y pudo leer nuevas historietas de la movida underground posteriores a una de sus mayores influencias, Frank Stack. A partir de esto, decidió formar una nueva revista y, asociado junto a un amigo, comenzó a contratar a muchos de estos héroes de la sátira política que había podido leer. También comienzan sus trabajos para publicitar recitales de bandas de rock, festivales como el “Incredible Strange Wrestling”, pero siempre trabajando en blanco y negro.

En una oportunidad descubre que su amigo Ron, que hacía afiches para grupos de Surf Rock, utilizaba una técnica muy complicada para realizar gráficas con las fotocopias a color pero que le permitía lograr efectos nuevos en las imágenes, con colores saturados, combinaciones poco habituales y con gran calidad de detalles. Es así que él mismo empieza a experimentar también con estas técnicas, así como con el método manual de la serigrafía a partir de la influencia de Frank Kozik, que se suma al estudio Firehouse en el año 1992.

Con la reapertura del teatro Fillmore, centro del movimiento hippie en los 60′, comienza a llevar a la práctica estos conocimientos para los grupos y eventos del local. Con el tiempo seguirán trabajos para bandas como Beastie Boys, Nick Cave and the Bad Seeds, el sello Virgin Records, siempre conservando una metodología de trabajo artesanal y sin nunca abandonar el tinte político y controversial dentro de sus diseños.

Para terminar el día con aún más fuerza y lleno de carga ideológica y libertaria, fue el momento de Emory Douglas de los Blacks Panters. Si ya el recorrido del estudio Firehouse no podía eludir el relato de acontecimientos relacionados con los trabajos de diseño, lo de Emory fue prácticamente un tour por la historia de este movimiento y de los últimos cincuenta años de los Estados Unidos, de la mano de los títeres presidenciales de turno.

Los Black Panters se formaron por un grupo de chicos afroamericanos que tenían todos entre 15 y 22 años y que querían reivindicar sus propios derechos y los de los grupos oprimidos dentro y fuera del territorio norteamericano. Desde el comienzo vivieron la oposición de la policía local que, una y otra vez, intentaba allanarles las casas sin ninguna orden, buscando supuestas armas que ellos no poseían. Con el transcurso del tiempo, los incidentes fueron aumentando hasta volverse verdaderas matanzas entre estos dos bandos opuestos, con víctimas mortales de ambas partes. Aún así, reinaba la injusticia y la corrupción y lo que la ley no condenaba, Emory lo iba denunciando en sus ilustraciones. Eran tiempos difíciles dentro y fuera de los Estados Unidos: seguía la guerra de Vietnam y había constantes manifestaciones de muchos grupos en contra de todos los abusos que dicho país cometía en todo el mundo y dentro de su propio territorio.

Los trabajos visuales de Emory fueron denunciando año a año todas estas injusticias y se fueron solidarizando con todas las causas de abusos mundiales: con trazos simples pero de alto impacto, representando los policías con los cerdos y los bandos de políticos corruptos con burros y elefantes, usando técnicas variadas como las del collage, los graffitis o ilustraciones, incluyendo muchas veces textos que acompañaban y realzaban el sentido de sus dibujos.

Fue sin dudas la conferencia más emotiva en lo que va del fin de semana, el público ovacionó de pie el trabajo y las palabras de Emory Douglas quien, además de sus diseños, nos brindó frases célebres como: “se puede asesinar a un revolucionario pero no se puede asesinar a la revolución”. Ese es justamente el espíritu de sus obras, que día a día siguen generando verdaderas revoluciones en las mentes de quienes las ven.

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