Por Rodrigo Seijas
Si tenemos que hablar de una obra literaria y teatral emblemática en el género infantil argentino, esa es Caídos del mapa. De hecho, el relato original terminó expandiéndose hasta tener en total diez entregas. El libro de María Inés Falconi logró trascender en el tiempo gracias a algo tan elemental como inhabitual: no subestimar jamás el lenguaje, los sentimientos, pensamientos y razonamientos de los jóvenes. Por eso, la simple historia de cuatro chicos que se ratean de la hora de Geografía, escondiéndose en el sótano del colegio, terminó adquiriendo una notable complejidad, con pequeños grandes héroes y villanos tan caricaturescos como tangibles en su humanidad. La noticia que finalmente se iba a concretar la adaptación cinematográfica (con Falconi a cargo del guión) provocó reacciones de todo tipo, y mucha expectativa entre los fanáticos del libro.
Es difícil poder sacar conclusiones sobre una película en pleno rodaje. Más si estamos hablando de apenas tres horas de labor. Y si el lector piensa que se puede avanzar mucho en ese tiempo, mejor que lo piense de nuevo. Es que esas horas sirvieron básicamente para filmar apenas una secuencia, donde los padres, la directora, la Foca y Miriam entran al patio del colegio justo cuando toca el timbre de finalización de la jornada, con todos los chicos saliendo. La jornada, eso sí, avanzó sin inconvenientes: incluso los niños que actuaban como extras, a pesar de parecer estar alimentados exclusivamente de cafeína, se portaron bastante bien, obedeciendo sin vueltas las indicaciones de los realizadores.
En base a lo dicho anteriormente, las primeras impresiones pueden sacarse a partir de las entrevistas con el elenco y uno de los directores. En todos ellos se pudo detectar una conciencia bastante fuerte del material frente al que se encuentran, las oportunidades y desafíos. Eso no garantiza nada, pero es un buen primer paso.
Nicolás Silbert es uno de los directores de Caídos del mapa (el otro es Leandro Mark), quien se acercó al proyecto junto a Mark desde su productora de comerciales y videoclips. Ambos habían trabajado muchas cosas audiovisuales para teatro infantil y conocían el libro de nombre. Una vez que se sumaron al proyecto, se juntaron con la autora y fueron trabajando los aspectos audiovisuales.
Sobre la forma de llevarla al cine, Silbert señala que habrá una fuerte relación con el cine de los 80’s: Spielberg, Hughes, Los Goonies son nombres que aparecen inmediatamente. “Yo estudié en la FUC, pasé por las enseñanzas de Deleuze y Godard, pero la verdad es que entré a estudiar cine por ET, Indiana Jones… Esto es como volver a eso”, comenta el director. No obstante, asegura que se buscan elementos visuales cercanos al cine de Jean-Pierre Jeunet e incluso un humor rápido como el de Woody Allen. “La comedia en la película es compleja, hay que tener mucho timing, pero lo trabajamos mucho con los chicos”.
Inmediatamente la charla deriva hacia el elenco conseguido, el cual está integrado por actores “muy histriónicos y expresivos”, aunque asegura que fue un poco complicado con los chicos, porque se buscaban cinco personalidades muy concretas. En el caso de los grandes, por ejemplo, se tuvo la fortuna de que los actores elegidos accedieron. Por ejemplo, hay algunos cambios en el personaje de la Foca, que es más joven que en el libro. “Hay unos cuantos cambios respecto al libro, y no solamente con ese personaje, agregamos muchas cosas nuevas. Karina le va a agregar cosas al personaje que van a hacer que sea muy recordado”.
Si bien se sumaron cuestiones tecnológicas y otras relacionadas con el crecimiento más acelerado que tienen hoy los chicos, pero se tuvo en cuenta que el imaginario de la película es un poco atemporal. Es que Silbert reconoce que la novela “evidentemente sigue funcionando, aún con el público de hoy”. A oídos del director llegaron algunas quejas que ya se pueden ver en las redes sociales, desconfianza hacia el producto: “va a ser difícil que estén todos contentos, pero una vez que se pase esa etapa, van a poder disfrutar mucho de la película, que no intenta ser una copia fiel del libro, sino una versión cinematográfica”.
Según lo dicho por Silbert, la producción tendrá un cuidado especial, ya que se tiene en cuenta la expectativa generada a su alrededor. “El film va a tener efectos especiales, una puesta con angulares y cuestiones visuales innovadoras. Tenemos un desafío, porque no es una marca que viene de la tele y no tiene actores conocidos. No está hecho para aprovechar cierto envión comercial”.
Sin dudas que el mundo de la infancia es el centro de Caídos del mapa, y en ese sentido Silbert reconoce que “me gustan todos los chicos en la historia, porque son como un desglose de lo que somos todos: un poco caraduras, un poco tímidos, un poco narcisistas, un poco nerds, un poco necesitados de afecto”. Obviamente, el director espera que el film sea exitoso y reconoce que le “encantaría” continuar con la saga. “Si podemos hacer la segunda parte, iríamos directamente al viaje de egresados, subiendo la apuesta, con una aventura mucho más visual, grande y física, achicando lo que aparece en el libro dos, pero expandiendo el mundo de los libros a través del cine”.
EL ELENCO
El padre de Fabián está interpretado por Marcelo Savignone, quien calificó a su personajes como “un padre muy compinche, que comprende bastante a su hijo y lo que está sucediendo. En un punto intenta desdramatizar la situación”. Para el actor la historia “muestra cómo muchas veces los hijos reproducen comportamientos y actitudes de los padres”. Incluso, para Savignone la experiencia adquiere condiciones bastante personales: “el padre de Fabián es el padre que yo intento ser con mis hijos. Me siento identificado con él”.
En el caso de Alejandro Paker, quien interpreta al padre de Miriam Reinoso, el suyo “es un padre severo, que nunca se deja engañar o manipular por la hija. De hecho, es él el que manipula, el que maneja los hilos, el que está siempre tramando para tirar agua para su lado”. Además analiza el hecho de que siempre intenta favorecer a su hija: “pero no lo hace por amor a ella, sino porque su imagen podría quedar afectada”.
“El desprecia a todos los demás padres, se siente superior a ellos. En cambio, con la directora se establece una disputa de poder. Ambos en un punto se necesitan: ella requiere el dinero que él puede proveer a través de la Cooperadora, mientras que él necesita de ella para que mantenga el orden”, comenta Paker a la vez que reconoce que como inspiración usó en parte a su abuelo, a quien calificó como alguien muy distante y pone un ejemplo: “cuando te saludaba, lo que hacía era ponerte el cuello. Era alguien al que nunca le vi una muestra de afecto”.
Paker comenta que ya había compuesto anteriormente a otros villanos, pero que eran más “tiernos”. Sin embargo en esta oportunidad “es un villano completo, sin ningún aspecto rescatable, sin arrepentimiento”.
Los actores además hablan de las diferencias que existen entre la novela y el guión cinematográfico. Paker reconoce haberlo leído y si bien se han cambiado muchas cosas, “a la vez, los problemas o cuestiones que aborda permanecen. Es una novela claramente universal y por eso sigue siendo popular”. En esto se suma Brenda Mark, que será Miriam Reinoso, quien por el contrario asegura que “cuando recibí el guión, que es casi igual a la novela, no hay muchas diferencias”.
Sobre Miriam, la actriz asegura que “el personaje está muy bueno, la relación que tiene con los demás chicos es muy copada, están muy buenas las guachadas que hace, las macanas que se manda”. Sin embargo, rescata a su personaje: “Miriam tiene sus razones para ser mala. La maltratan y al agredirla, la llevan a eso, a ser mala. El padre tiene un carácter bastante fuerte y se llevan bastante bien, pero él es muy exigente”.
Mark se refirió al trabajo de rodaje, el primero en su caso, al cual considera “una experiencia muy buena, nos llevamos muy bien todos, nos cuidan mucho. Por suerte no me parezco a Miriam y me llevo bien con los demás chicos”. Y confía: “mis viejos son mucho menos exigentes y más presentes en temas del colegio”.
Felipe Corrado interpreta a Federico, con quien se identifica mucho: “es bastante chamuyero, el líder del grupo, se banca todo, es muy orgulloso de sí mismo”. Y anticipa que lo principal es la tensión que se da con el personaje de Graciela, donde hace una comparación con Harry Potter: “creo que son como Ron y Hermione, que se pelean siempre pero en realidad se sabe que están enamorados”.
El actor, que tiene 13 años y está en octavo grado, destaca el trabajo hecho durante la producción, especialmente el trabajo en conjunto con los otros actores, una serie de ejercicios donde el tema de los vínculos es fundamental. “Con los demás chicos hicimos varios ejercicios, trabajamos mucho los vínculos en los ensayos y por suerte fuimos logrando una buena dinámica”.
El actor parece muy emocionado con el rodaje: “es lo más grande que hay, no me lo olvido nunca más, es mi primera experiencia, es la primera vez que estoy frente a una cámara. Más que nervioso, estoy ansioso porque comience cada día el rodaje, por empezar a filmar. No me cansa para nada la rutina del rodaje o repetir las tomas, es cosa del cine, es como ir a entrenar al fútbol, me divierto más”.
Corrado, como la mayoría de los actores, hablan de la Foca, la villana del film: “es como una villana de comedia, aunque todos le tenemos miedo. Incluso Fede, que no tiene problema en ser directo con cualquiera, a pesar de que la odia, también le tiene temor”. La Foca es Karina K, quien comenta que llegó al personaje luego de que Nicolás Silbert, uno de los directores, la vio en la obra Te quiero, sos perfecto, cambiá, en la que interpretaba nueve personajes distintos y pasaba por varios registros: “al personaje lo abordé desde su temperamento cerrado, estricto en todo, con su obsesión por la disciplina, por la rigidez de su estructura, que es desbordada por esta odisea de los chicos que amenaza su vocación, sus 25 años de docencia, todo en un instante por su miopía”.
Sobre la historia, Karina K asegura que lo que más le gusta es “cómo los niños descolocan el mundo de los adultos, pero como una forma de revelación, a partir de sus propios intereses, de sus búsquedas. Para los niños hay una modificación a partir de esta escapada. Empiezan a manifestar sus verdades, sentimientos, deseos, sus miedos, el verse tal cual es a partir de la mirada del otro”. Y asegura que filmar con los chicos “es lo más”.