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Sorpresas, sorpresas te da la vida

Por Cristian Ariel Mangini

Bueno, en el texto previo me anime a especular algunos de los posibles ganadores. Las elecciones, para ser sinceros, no eran tan complicadas de aventurar. Las categorías actorales estaban prácticamente cantadas, especialmente para aquellos que siguieron de cerca la competencia. Pero hubo cosas que llaman la atención: la primera que se me ocurre es la mención a un film tan mediocre como White White World. La segunda es la repentina victoria de Aballay, el hombre sin miedo sobre De caravana para hacerse con el premio del público. Lo único que se me ocurre es que en la función del sábado a la mañana haya habido un público masivo que puso tantos 10 como fuera necesario para levantar de 8,60 a 9,51 (tal cual figura en la página actualmente) el puntaje. Permítanme aunque sea la duda.

Como habrán visto no opiné de la competencia latinoamericana y argentina porque no formo parte de mi cobertura, aunque como pueden ver en la sección de mini críticas, otras voces de Fancinema no están para nada de acuerdo con el resultado, sobre todo en lo que compete a la competencia nacional. Por otro lado, en la competencia oficial se confirma un jurado que apuesta al cine desde un costado conservador: así resultaba poco probable que alguna de las películas argentinas ganen un premio, sobre todo si se tiene en cuenta que se trato de apuestas fuertes al cine de género. Entonces, más allá de la mención a la poco interesante White White World, los premios fueron por lo general merecidos o discutibles, aunque bajo una lupa previsible.

Pero, ¿Estoy conforme con el premio al film de Skolimowski?, pues, por supuesto, creo que es una película interesante que tiene muchos puntos más que atendibles, pero uno deseaba que haya un poco más de riesgo al elegir el ganador. No lo digo solamente por los tres films argentinos sino también por L´Illusionista que lleva como karma el hecho de ser un film de animación, género que históricamente es poco aceptado en la competencia festivalera. Pero quejas aparte, creo que los premios del certamen internacional son adecuados y entendibles.

Sin embargo, no fue solo un día para celebraciones. También como último film se eligió Inside Job, de Charles Ferguson. Se trata de un documental en la línea irónica y formal de Michael Moore, aunque con un trabajo investigativo más exhaustivo que se mete con un tema que resultará críptico a la mayoría de los espectadores. Quizá la mayoría estén al tanto de la quiebra de Lehman Brothers y la crisis financiera en Wall Street hacia el 2008, pero hay términos propios de la economía que, si al espectador le resultan extraños, no va a entender íntegramente el documental. Esto no quita lo evidente: un nivel de corrupción, impunidad  y negligencia que deja al descubierto la matriz de la crisis y sus efectos culturales en la sociedad norteamericana, donde las caras visibles son las del poder político pero el económico permanece en las sombras. No casualmente verán que quienes dan la cara son en su mayoría asesores o secretarios del gobierno norteamericano (a pesar de la visible molestia en la confrontación). Quizá por eso el documental no es del todo sólido. Faltan testimonios de gente como, por ejemplo, Timothy Geithner.

Y aquí se terminan las crónicas, no faltara una reflexión más profunda en estos días sobre el que fue otro festival que, más allá de sus irregularidades, no deja de ser para quienes amamos el cine un encuentro fundamental. Hasta el año que viene.

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