Karaoke en pantalla gigante
Por Brian Macchi
ABBA fue una banda sueca de música pop, el más exitoso en su país, que saltó a la fama tras triunfar en el Festival de la Canción de Eurovisión 1974 y que estuvo activo en el periodo 1972-82. El cuarteto estaba formado por dos parejas: Benny Andersson con Anni-Frid Lyngstad y Björn Ulvaeus con Agnetha Fältskog. El nombre es un acrónimo formado por las primeras letras del nombre de cada miembro (Agnetha, Björn, Benny, Anni-Frid).
El grupo ganó una inmensa popularidad internacional empleando canciones pegadizas, letras simples y su distinguido sonido caracterizado por las armonías de las voces femeninas y el «muro de sonido» (consiste en grabar múltiples pistas de acompañamiento, superponiéndolas hasta crear un sonido compacto y algo apabullante). Al crecer su fama, la banda viajó por Europa, Australia, y Norteamérica, al mismo tiempo que se ocupaban de sus familias y de grabar álbumes de enorme impacto comercial.
Sin embargo, en la cima del éxito, ambos matrimonios se disolvieron, y los cambios en sus relaciones se reflejaron en su música, al escribir letras más complejas con diferentes composiciones. A fines de 1982, anunciaron un descanso «temporal» para concentrarse en otras cosas, pero la pausa se hizo permanente y los cuatro nunca se volvieron a reunir.
Actualmente, su música sigue cautivando (y facturando), por eso en 1999 se creó un musical llamado Mamma Mia!, donde se cuenta una historia basada en las canciones del grupo. En abril de ese mismo año, la obra se estrenó en Londres, y pronto se presentó en otras ciudades alrededor del mundo con éxito. A raíz de la buena repercusión, se realizó una versión cinematográfica, encabezada por Meryl Streep y Pierce Brosnan, de la cual se hablará a continuación.
La cinta se basa en la historia de Donna, una mujer que tiene un pequeño hotel en una paradisíaca isla en Grecia. Su hija, Sophie, esta pronta casarse y para la ocasión, la madre de la novia ha invitado a sus dos mejores amigas con las cuales ha integrado, en el pasado, un grupo musical. Mientras la prometida, dispuesta a encontrar a un padre con quien caminar hasta el altar, decide invitar a tres hombres que fueron pareja de su progenitora veinte años atrás.
El reencuentro de Donna con sus antiguos amantes, la definición sobre la paternidad de la joven y el casamiento serán los principales acontecimientos que ocurren en esta historia, que estará contada mediante las canciones de ABBA.
La sensación que deja observar este trabajo es estar viendo un especial del grupo sueco en VH1, donde se presentan los grandes éxitos de la banda mediante video clips muy bien coordinados. A diferencia que no aparecen los cantantes originales sino Meryl Streep, Pierce Brosnan, Colin Firth, Stellan Skarsgård, Julie Walters, Dominic Cooper y Amanda Seyfried.
Las coreografías de estos instantes están ambientadas con una especie de historia que se armó con las canciones, que rápidamente se advierte, es una excusa para presentar los temas de ABBA. El problema es que esta característica produce que la película no tenga casi rigor cinematográfico, ya que los diálogos son colocados arbitrariamente para unir una melodía con otra.
La trama fue armada con un puñado de temas clásicos, con las letras de estos se trató de buscar un punto en común, se ordenó la ubicación de cada uno para que tuvieran cierto sentido, se agregó ciertos momentos hablados como nexos y ahí tenemos Mamma Mia! Al describirse el poco rigor cinematográfico se refiere a lo vacío de su narración, de su coherencia como historia ya que las cosas aparecen mágicamente, sin ningún sentido pero que sirven para los instantes musicales. En otros productos del mismo género, la trama y las canciones son un binomio inseparable, que hacen un conjunto que impacta e impresiona. Moulin Rouge o Hairspray son ejemplo de ello, donde las melodías tienen un sentido y sirven como una manera de contar, no como en este caso donde la ficción tiene que correr detrás de lo musical, reinventándose a cada instante sin tener mucho que ver con lo anteriormente exhibido.
Sin embargo, lo que hace atractiva a esta producción que es conciente de esta característica y disfruta de ello, siendo por momentos un festejo del absurdo y la incoherencia. Como si la película nos dijera: “Vine a cantar canciones de ABBA y nada más. Si querés quedate”. Sería como asistir a una fiesta de la década del 70 donde sólo importa divertirse y cantar.
Y estas sensaciones son principalmente transmitidas por el elenco, que comprendió el espíritu de este producto, celebrando cada situación excesivamente, como jóvenes en una matinée. Esta particularidad provoca que la cinta “irradie” frescura durante toda su extensión, teniendo una abanderada de lujo, la sensacional Meryl Streep que demuestra el enorme talento que posee, no sólo a nivel actoral sino que interpretativo, ya que en cada canción la vive como si fuera suya. El resto del elenco realiza un buen trabajo, armando una imponente fiesta donde todos pueden cantar y bailar, hasta incluso Brosnan, que como cantante es un gran actor.
Mamma mia! es un trabajo destinado para quienes la música de ABBA les marcó una época o para quienes gustan de los films de este género y de la música en general. Es la invitación a un karaoke en pantalla gigante donde sólo se pasaran canciones del grupo sueco. Si el espectador entiende esto y sólo busca divertirse, disfrutará esta producción. Si quiere ver cine, que pruebe en otra sala.
7 puntos