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Funcinema

88 minutos

Una pérdida de tiempo

Por Cristian A. Mangini

Un thriller no se define en la acumulación de hechos que pueden suceder durante una secuencia, para sacudir al espectador. Se define en el vértigo de las situaciones en las que el protagonista se ve inmerso, dándole un rigor subjetivo que requiere de guiones prolijos y personajes complejos, inmersos en una trama abierta a todo tipo de resolución factible (entiéndase esto en términos diegéticos). 88 minutos juega a acumular acciones sobre personajes apenas esbozados y, de todas las resoluciones que podría haber tomado, el director Jon Avnet elige la menos satisfactoria y la más previsible. O sea, la más boba. Aún así puede pasar como un entretenimiento que cuenta con un Al Pacino irregular, por momentos aburrido, y un elenco que hace poco por subir el nivel del film. Y no es más que eso.

Pero para no parecer arbitrario ni impreciso, veamos que es lo que este film concentra en su interior. Lo primero que hay que destacar es al director Jon Avnet, un creador de algunos aceptables dramas junto a otros que se asemejan a melodramas televisivos mediocres, y que pasó al terreno del policial y el thriller con Justicia Roja, que bien podría llevar como subtítulo “como resolver un tremendo quilombo político en un plano televisivo”. Luego tiene algunos trabajos interesantes en la televisión norteamericana, pero en sus escasos retornos al cine se ha mostrado efectista y carente de tramas coherentes para el género. Esta no es la excepción: con esta película Avnet demuestra que puede sobresaltar al espectador (especialmente cuando utiliza canciones de los Backstreet Boys…) pero apenas logra que la trama fluya y sus personajes nos atraigan.

Hablar del relato que da cuerpo a la película es relativamente sencillo: un psiquiatra forense (Al Pacino) que también ejerce la docencia en la misma especialidad recibe una amenaza de muerte, esto torna su vida inestable y lo hace enfrentarse a una serie de eventos que le harán la vida imposible –y también la de las mujeres con las que pasó la noche-. En el camino se presentan una larga serie de posibles sospechosos que se reparten entre amantes, estudiantes y un psicópata (Neal McDonough) al que el psiquiatra-estrella había enviado a la cárcel. Luego de amenazas, asesinatos y una repetición de flashbacks innecesarios llegamos a una resolución tradicional completamente forzada, y con una lógica llana que no satisface en nada a quien ha esperado por un desenlace inesperado.

El nombre de la película puede hacer sospechar que los tiempos funcionan por adecuación (es decir, en tiempo real) pero nada más lejos de ello: los 88 minutos son una cosa que se revela en la película como algo importante para el personaje del Dr. Jack Gramm, pero en realidad apenas se puede medir como afecta esto a nuestro protagonista. De hecho, mientras el personaje de Pacino recuerda lo que le sucedió parecen más conmovidas, al borde del llanto, sus colegas femeninas (Alicia Witt o Amy Brenneman). Dicho sea de paso, estos diálogos son nada más para dar pie a que el protagonista cuente toda su historia y sus problemas, para darle un peso a los cabos que tiene que atar la trama. Es decir, las líneas que dicen los personajes que acompañan al protagonista son sumamente estúpidas y vacías, del tipo de “¿Qué te ha sucedido?” o “¿Qué pasa?”.

No merece demasiado más que agregar este film: en otros aspectos como la música no sale de lo ordinario y en lo que refiere a la forma de filmar es bastante flojo, con panorámicas inexplicables desde una posición aplomo para mostrar lo enorme de la ciudad y con varios planos de relleno que solo sirven para generar tensión sin lograrlo con una puesta en escena que rinde culto al videoclip. Solo resta decir que esperamos que no suceda lo mismo con el film Righteous kill que cuenta con la dirección del mismo director, y cuenta con la presencia, no solo de Al Pacino sino de Robert de Niro. Esperemos que no sea otra decepción.

4 puntos

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