Guillermo del Toro se apoya en el policial negro para entregar otro relato repleto de seres marginados, que exhibe solidez y riesgo a pesar de algunas remarcaciones innecesarias.
La más reciente película de Alejandro Amenábar es un gran retroceso para el cineasta español, que entrega un relato que se pasa de astuto y termina siendo apenas una mala broma.