Esta película de Payne trae encima unas cuantas ideas importantes, que llegan a buen puerto gracias a la enorme interpretación de Jack Nicholson, que sin recurrir al histrionismo se apodera del relato.
A sólo días del estreno de Capitán América: Civil War, arrancamos nuestro dossier-top cinco con un film que crece a partir de hacer foco en los aspectos vulnerables de su héroe.
Luego de experimentar con varios géneros, Tarantino recrea el estilo western spaghetti más clásico agregando un fuerte mensaje anti racismo y un disfrute morboso por la revancha sangrienta.
Tarantino consolida aquí su mirada femenina en detrimento de lo masculino, para construir una épica desaforada que exuda pasado, presente y futuro en cada fotograma.
A contramarcha de ciertos prejuicios, Pixar logró con esta secuela superarse en todos los frentes, dialogando con su público con una complejidad y amor inusitados.
El film de Andrew Stanton es uno de los grandes hitos de la compañía, pero además es la que intenta lazos más claros con la tradición de Disney.
La película del robotito solitario es fundamental dentro de la historia de la compañía de cine animado. Una película que tomó riesgos estéticos y confirmó los valores del cine.
A poco de que se estrene Un gran dinosaurio, arrancamos nuestro dossier-top cinco con el film de Pete Docter y Bob Peterson, y las enormes emociones que genera.
Steven Spielberg llega a una de las cimas de su carrera con un film notable, repleto de capas y significaciones, donde confluyen las distintas identidades que construyeron su carrera.
Trapero aborda temas y territorios complejos, sin buscar necesariamente respuestas y actualizando debates tanto sociales como cinematográficos.
