
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Al igual que el primero y el último, el octavo episodio de Daredevil: born again fue creado en la reescritura de la serie. En este caso, los directores Justin Benson y Aaron Moorhead marcan la diferencia no sólo a través de la puesta en escena, con varias de las secuencias de acción más violentas de la temporada, sino también con el trabajo desde la técnica con virtuosos planos secuencias. Así, se apuesta al vuelo de la cámara para establecer climas y conflictos o unificar subtramas jugando con los espacios en post de enriquecer la narrativa desde lo visual, dejando lo discursivo en segundo plano. Escrito por Dario Scardapane y Jesse Wigutow y codirigido por Benson y Moorhead, Isle of joy asienta un entramado de oportunidades, revelaciones y crisis que detonan a puro movimiento: baile y tiros. A pedido de Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio), se traslada a Ben Poindexter/Bullseye (Wilson Bethel) al sector de presos comunes, donde será presa fácil ante cualquier ataque. En tanto, la vida le sonríe al alcalde: la caza de Muse provocó una baja en la actividad de los vigilantes y la aclamación del escuadrón de elite, a pesar de las denuncias por abusos de autoridad. La alegría de Fisk se completa con el avance de la reforma del puerto, la pacificación del mundo criminal y su reconciliación con Vanessa (Ayelet Zurer), sellada cuando la jefa de la mafia asesina a balazos a su ex amante. Al contrario, Matt Murdock (Charlie Cox) atravesará un martirio en Isle of joy. Tras haber sobrevivido al ataque de Muse, Heather (Margarita Levieva) endurece su posición anti enmascarados, incluido Daredevil. Sin embargo, Murdock se ofusca al descubrir que ella trabaja para Fisk. Y su día empeora cuando se entera que Poindexter desea hablar con él. A fin de resolver los cabos sueltos del asesinato de Foggy, visita a Bullseye pero sólo logra descargar su ira golpeándole la cabeza contra la mesa. Cegado por la rabia, le da una oportunidad a Poindexter, quien más tarde usará un diente flojo por esos golpes para masacrar a un oficial y al médico y huir de la prisión hacia la gala de Fisk. Y en el baile ocurrirá de todo. Desde el alcalde extorsionando millonarios para que financien la reforma del puerto, entre ellos a Jack Duquesne (Tony Dalton) al acusarlo de ser Swordsman, el pacto entre BB Urich (Genneya Walton) y el jefe Gallo (Michael Gaston), quienes deciden unirse contra Fisk o el escuadrón de elite torturando a un periodista. Tantas subtramas en un mismo espacio con tanto en común confluyen gracias a la puesta técnica, con una cámara que atraviesa el lugar para seguir en cada conversación y a la gente que se mueve por el salón, que sólo se detiene en momentos determinantes llenos de tensión. Descolocado, Murdock llega al salón para disculparse con su novia, pero se pierde en las charlas que delatan que esa puesta en escena sólo se ha montado para que Fisk imponga su poder ante los temerosos millonarios. El clímax de Isle of joy arranca con el baile triunfal de los Fisk. Y aunque le avisan al alcalde que Poindexter ha escapado de la prisión, no pueden evitar que se infiltre en el salón y prepare una matanza desde las sombras. Si bien Matt saca a bailar a Heather para acusar a su enemigo por la muerte de Foggy, las pulsaciones delatan a Vanessa como la real autora intelectual. Aunque el abogado y la primera dama bailan y se amenazan por unos segundos, todo se interrumpe cuando Bullseye dispara contra Fisk. Ante ello, Murdock recibe el balazo y cae ensangrentado en los brazos de Heather, emulando la escena de Foggy y Karen. Más allá de que lo técnico está al servicio de la narrativa, Isle of joy es un capítulo que avanza sin parar mientras juega con los errores, aciertos, sacrificios y revelaciones que se acumulan a lo largo de un día interminable. Encaminada hacia el final de la temporada, Daredevil: born again pone en relevancia aquello que es realmente importante para una historia que continuará en 2026: la lucha entre Daredevil y Kingpin. Más allá del peligro que representa Bullseye, el principal objetivo de Murdock será que la justicia caiga sobre Vanessa, el corazón del poder de Fisk.
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