Cuando muchos apostaban al agotamiento del cine de superhéroes, Marvel parece sacar ases de la manga para mantener el interés y generar cierta expectativa.
Con el género de superhéroes en declive, las casas productoras apuestan a las grandes producciones con personajes icónicos para recuperar el público perdido.
Esta película de F. Gary Gray tiene una premisa que podría haber sido divertida, pero todo está narrado con un desgano llamativo, que conduce a un inevitable aburrimiento.
La miniserie de Marvel cierra con otro capítulo decepcionante, en el que todas las promesas de un tono más adulto se desarman ante una resolución sin vuelo.
El cuarto episodio de esta miniserie careció de acción física, aunque su discursividad se vio potenciada por una tensión que partió de los discursos y los gestos.
El segundo episodio trajo una gran secuencia de acción y la definición de que la serie está más cerca del universo de acción física de Disney+ que de las viejas producciones de Marvel para Netflix.
El arranque de la nueva serie de Marvel fue auspicioso, con un grado de violencia superior al de otras producciones de la compañía y con una gran secuencia de acción.