
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Después de casi seis años y medio, volvió Daredevil. Después de la cancelación del Universo Marvel en Netflix, del fallido intento de reformular la franquicia, de meses de reescritura y las regrabaciones en medio de un Universo Cinematográfico Marvel a la deriva, Daredevil: Born Again llegó a Disney + con un primer episodio a la sus altura de sus tres temporadas previas. Escrito por el showrunner Dario Scardapane y codirigido por Justin Benson y Aaron Moorhead (claves del éxito de Moon Knight y la segunda temporada de Loki), Heaven’s half hour inicia a pura autoconsciencia. Matt Murdock (Charlie Cox), Karen Page (Deborah Ann Woll) y Foggy Nelson (Elden Henson) asisten la fiesta de retiro del detective Cherry (Clark Johnson). Ese pasaje de alegría y distención no sólo muestra al trío disfrutando de una vida tranquila, sino que también es un guiño a los espectadores por el regreso de la serie. Pero la felicidad será demolida abruptamente cuando los tres amigos caen en una trampa. Mientras Daredevil atraviesa los techos de Nueva York para defender a un testigo en peligro, Benjamin Poindexter convertido en Bullseye (Wilson Bethel) ataca a disparos y cuchillazos a los policías y agentes de la justicia reunidos en la fiesta. Un disparo en la noche atraviesa el pecho de Foggy, y cuando Bullseye estaba a punto de ejecutar a Karen, Daredevil la salva. Con una brutalidad inédita para Marvel Studios, la pelea pasa desde la calle al bar hacia un edificio de departamentos para acabar en la terraza, filmada como un largo falso plano secuencia que emula a las escenas de acción de las anteriores temporadas. En diez minutos se acumulan decenas de personas golpeadas, apuñaladas y ejecutadas, mientras que el tenor de esta violencia también repercute en los machucados y ensangrentados de Daredevil y Bullseye, quienes se ponen al servicio de una puesta en escena atractiva a partir de una coreografía aceitada que aprovecha los espacios al máximo. En quince minutos, Heaven’s half hour no sólo cumple con la cuota de acción y sangre que ha caracterizado a la serie, sino que también establece algunos de los conflictos más importantes de la temporada. Principalmente, porque en medio de ese caos Foggy muere en los brazos de Karen y, tras escuchar su último latido, Matt arroja a Bullseye desde uno edificio y decide abandonar su vida como superhéroe. Un año después, luego del testimonio de Murdock, la justicia condena a Poindexter a cumplir varias cadenas perpetuas en prisión. A la salida, Karen se despide de su amigo, ya que se ha mudado a San Francisco tras la muerte de Foggy. Mientras conoce a Heather Glenn (Margarita Levieva), nuevo interés romántico, Matt está preocupado por la ascendente carrera política de Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio). Si la tragedia ocupa la primera mitad del capítulo, el complemento de Heaven’s half hour ahondará en las ambiciones políticas del Kingpin. Tras haber dejado su imperio criminal en manos de su esposa Vanessa (Ayelet Zurer), la larga recuperación de Fisk por sus derrotas en Hawkeye y Echo encuentra una salida en las elecciones para alcalde de Nueva York. Inteligentemente se decide que el abordaje del asunto político sea expuesto en pasajes periodísticos (a su manera, la serie no escapa al debate político y Fisk encarna un estereotipo crítico bastante cercano a la realidad estadounidense) y escenas del armado de la campaña donde emerge el joven asesor Daniel Blake (Michael Gandolfini). En el último acto ocurre la esperada confrontación, pero en este caso se trata de dos personas dialogando en público de manera tan cordial como tensa. Allí, ambos intentan comprender la nueva vida del otro, aunque no disimulan en reafirmarse como enemigos. Ambos cierran el encuentro con una promesa: Fisk advierte que perseguirá a todos los vigilantes de la ciudad, mientras que Murdock asegura que volverá a calzarse su traje para castigar cualquier acto de maldad, criminalidad o corrupción. Heaven’s half hour tiene un cierre agridulce para Matt, quien no puede disfrutar de su primer beso con Heather porque, en ese momento, se entera del triunfo de Fisk en las elecciones. Enfrentados, uno en la terraza de su edificio y el otro en la calle mezclado entre la multitud que festeja al nuevo gobernante, el capítulo acaba con una promesa de batalla, que llegará más temprano que tarde. Algo más alejado de los temas religiosos, aunque siempre están presentes, el capítulo uno de Daredevil: born again establece a la política y la justicia como los campos donde se librarán las principales batallas de la primera temporada. Si bien se sintió como parte de la franquicia, de a poco Marvel Television comienza a darle una impronta con mayores similitudes al Universo Marvel. En ese sentido, hay algo en los colores y las tonalidades, aunque la profundidad dramática y la densidad narrativa están muy bien diseñadas y ejecutadas a partir de los dos apellidos que han revitalizado a las producciones streaming de Marvel Studios: Benson y Moorhead.
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