
Título original: Ídem // Origen: Argentina// Dirección: Matías Szulanski // Guión: Matías Szulanski, Victoria Freidzon // Intérpretes: Rebeca Rossato, Tamara Leschner, Sofía Siniscalco, Germán Baudino, Franco Stellatelli, Anamá Ferreyra, Abril Boruchowicz // Fotografía: Lourdes Sanz // Montaje: Matías Szulanski // Música: Dante Fisi // Duración: 91 minutos // Año: 2024
4 puntos
PERDIDA EN BUENOS AIRES
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
La carrera de Matías Szulanski parece tener una constante, que es su búsqueda permanente de hacer algo distinto a lo que hizo previamente, aunque en el fondo lo que se ve es un conjunto de citas y referencias a diferentes tradiciones estéticas o cineastas. Pendeja, payasa y gorda se miraba al espejo del cine de Quentin Tarantino, Reemplazo incompleto evocaba de forma explícita a Chantal Akerman, En peligro dialogaba con la clase B y el giallo italiano, Astrogauchos tomaba elementos tanto de Wes Anderson como de los Hermanos Coen, y así. Y el mismo método aplica Buenas noches, como si la idea esencial y hasta única del realizador fuera replicar sin muchas vueltas lo que se hizo antes, a ver si resulta nuevamente.
En el caso de Buenas noches, tenemos un relato centrado en Laura (Rebeca Rossato), una joven brasilera que supo estudiar en Buenos Aires y por eso habla un castellano casi perfecto. Esta vez vuelve al paisaje porteño desde su Río de Janeiro para visitar a su tía, pero su arribo de movida es tormentoso, porque la aerolínea extravió su valija. Encima, pronto se entera que hubo una confusión y que su tía no va a estar para recibirla hasta el día siguiente. Y el combo de desgracias parece completarse cuando toma un Uber y deja en el vehículo la mochila donde tenía su documentación, tarjetas y dinero, por lo que deberá resignarse a pasar el tiempo sola hasta la mañana siguiente. Claro que ese tiempo de ocio obligado será de todo menos tranquilo, ya que la aguardan unas cuantas desventuras por delante.
Durante buena parte de su metraje, Buenas noches parece dialogar con ese Nuevo Cine Argentino que ya ha quedado algo viejo, con sus personajes errantes -por elección u obligación- y alienados, vagando por un paisaje urbano que en muchas ocasiones no es precisamente amigable. También podría citarse al Scorsese de Después de hora, pero sería pasarse un poco de rosca y hay que salvar las distancias. Es que acá todo es un poco forzado, como si el film buscara de cualquier forma posible poner a Laura en dificultades, o por lo menos crearle un conflicto más allá de esas horas en las que no puede quedarse quieta y va de un lado a otro sin rumbo fijo. Así es que se genera un desfile de sujetos y situaciones bastante desagradables, donde se nota demasiado la incidencia de un guión excesivamente calculado. Eso, en buena medida, lleva a que sea difícil empatizar con la protagonista y sus avatares, por lo que el film nunca alcanza a tener personalidad.
Pero lo peor de la película llega en su media hora final, cuando quiere ingresar en el terreno del policial y lo hace mediante un sinfín de giros sumamente arbitrarios, que la colocan dentro de lo inverosímil. Ahí es donde Buenas noches se termina pareciendo a esos policiales berretas que abundaron durante los ochenta y noventa en el cine argentino y que todavía aparecen de vez en cuando. Si el cine de Szulanski parece vivir de las referencias, citas y comparaciones, esta parece ser un tanto indeseada.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: