
Título original: Idem // Origen: EE.UU. // Dirección: Sean Baker // Guión: Sean Baker // Intérpretes: Mikey Madison, Paul Weissman, Yura Borisov, Lindsey Normington, Emily Weider, Luna Sofía Miranda, Vincent Radwinsky, Brittney Rodriguez, Sophia Carnabuci, Mark Eydelshteyn, Anton Bitter, Ella Rubin, Ross Brodar // Fotografía: Drew Daniels // Montaje: Sean Baker // Música: Joseph Capalbo // Duración: 139 minutos // Año: 2024 //
9 puntos
AMOR A LA OLIGARCA
Por Esteban Simoes
Se sabe, desde que el infame Borís Yeltsin decidiera unilateralmente el final de la Unión Soviética en 1992, Rusia se llenó de oligarcas. Por lo general, miembros de la intelligentsia con acceso privilegiado a puestos de la administración pública que aprovecharon las ruinosas privatizaciones de los noventa para hacerse con ingentes cantidades de dinero y así transformar por completo la fisonomía de la sociedad rusa. Hoy en día, estos personajes siempre cercanos al poder, son un lugar común de “lo ruso”, y materia de ridiculización, con sus gustos, excentricidades y comportamientos propios de nuevos ricos.
Anora nos presenta a Iván (Mark Eidelstein), Vanya para los amigos, un hijo de oligarcas que anda de fiesta por Nueva York, arrasando con todo a su paso. Hasta que conoce a Ani (una deslumbrante Mikey Madison), trabajadora sexual ella, con quien iniciará una relación siempre mediada por el vil metal y más lujos de los que pudiéramos enumerar. La joven pareja terminará de joda en Las Vegas, donde contraerán matrimonio, para luego tener que lidiar con las consecuencias familiares y, sobre todo empresariales, que tal decisión va a tener.
Sean Baker, el destacado director de Tangerine y The Florida Project, vuelve en este caso para narrar una comedia negrísima (o, como dicen los norteamericanos, adeptos a etiquetar absolutamente todo, screwball dramedy: es decir, una comedia romántica que empieza mal y termina peor) que le valió nada menos que la Palma de Oro en Cannes el año pasado. Y es que Baker sabe muy bien lo que quiere contar y lo filma con maestría. Acompañado por un Drew Daniels en estado de gracia en las tareas de fotografía (la película fue filmada en 35 mm y se nota), el director explora el mundo las trabajadoras sexuales con decisión, teniendo muy claro cuándo mostrar y cuándo dar a entender, sin subrayados. Las actuaciones están a la altura del periplo, destacando sobre todo el trabajo de Yura Borísov como Igor (casi sin diálogos, actúa desde la mirada).
La película está dividida en tres actos claramente demarcados (romance, persecución y consecuencias), a la manera de los cuentos clásicos en los que el film elige reflejarse. Este verdadero tour de force tiene en la Cenicienta un claro ejemplo, sólo que acá las cosas no siempre salen como quisieran los personajes. Y si algo hay que reprocharle al director es cierta liviandad en la construcción de los mismos. Uno se queda con las ganas de rascar más allá de algunas superficies y estereotipos. Aunque, todo sea dicho, la memorable escena final condensa de manera impecable lo que Baker se propone contar, más allá de estas imperfecciones, cerrando de manera notable la película. Pero así es la vida, Dios te da y Dios te quita. Vayan a preguntarle a Anora si no.
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