Título original: Brothers
Origen: EE.UU.
Dirección: Max Barbakow
Guión: Etan Cohen, Macon Blair
Intérpretes: Josh Brolin, Peter Dinklage, Glenn Close, Taylour Paige, M. Emmet Walsh, Jen Landon, Brendan Fraser, Glenn Close, Brooks Indergard, Jonathan Aidan Cockrell, Marisa Tomei
Fotografía: Quyen Tran
Montaje: Christian Hoffman, Martin Pensa
Música: Rupert Gregson-Williams
Duración: 99 minutos
Año: 2024
Plataforma: Prime Video
6 puntos
DABA PARA MUCHO MÁS
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
La conclusión, apenas termina Hermanos (producción disponible en Prime Video), es bastante obvia: con tantos nombres involucrados, se podía esperar mucho más. Comencemos con la enumeración: Josh Brolin y Peter Dinklage en los protagónicos, además de un reparto integrado por figuras como Glenn Close, Brendan Fraser, M. Emmet Walsh y Marisa Tomei. Además, un guión en el que estuvo involucrado Etan Cohen, que cuenta con antecedentes como Idiocracia, Una guerra de película, Dale duro y Los tipos malos. Y, sin embargo, lo que finalmente tenemos es una comedia apenas correcta.
La historia de Hermanos parece emparentarse con el estilo de películas como Un Santa no tan santo, con personajes marginales, a punto de descarrillar o descarrilando, pero aún así con rasgos de nobleza. Acá tenemos a los hermanos del título, Moke (Brolin) y Jay (Dinklage), que se criaron en una familia de criminales y, ya adultos, decidieron unirse para dedicarse a la misma rama de trabajo. Después de un robo fallido, Jay cae en la cárcel, mientras que Moke decide cortar lazos y comenzar una nueva vida, una donde la familia típica y un laburo mediocre son las reglas dominantes. Hasta que Jady consigue salir de prisión gracias a un acuerdo ilegal con un guardia penitenciario corrupto (Brendan Fraser) y se produce el reencuentro con Moke, que tendrá unos cuantos condimentos: viejos rencores, viejas afinidades, un nuevo trabajo -delictivo, por supuesto- y la vuelta al mapa de Cath (Close), la madre de los protagonistas, otra ladrona que también quiere su parte y, quizás, reconectarse con sus hijos. Obviamente, nada será lineal y Moke, el más moralista y culposo de todos los involucrados, la pasará muy mal, pero también disfrutará mucho más de lo que esperaba.
Es raro, porque todo parece servido para un festival de comicidad sustentada en la incomodidad y la marginalidad, pero Hermanos luce en casi todo momento contenida o apenas creativa. Eso lleva a que el film sea apenas una suma de secuencias que causan algo de gracia y no mucho más, a pesar de que es notorio que todos los involucrados le ponen ganas para que el asunto salga bien. Algunos quizás demasiado: Fraser, por ejemplo, está pasado de rosca y termina construyendo un personaje demasiado patético en sus actitudes y decisiones. Hay, es cierto, algunos tramos donde lo cómico se da la mano con las dinámicas familiares y es ahí donde la película encuentra algo más de potencia narrativa y de profundidad en los conflictos personales.
¿Se puede decir que Hermanos es mala o incluso fallida? No, porque en cierta medida cumple con su objetivo básico de hacernos pasar un rato relativamente divertido. Pero es imposible evitar la sensación de que estaba todo el material disponible para una gran comedia. En cambio, solo tenemos un producto tan correcto como limitado.
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