
Título original: Ídem
Origen: Argentina / Alemania / México / Uruguay / Reino Unido
Dirección: Celina Murga
Guión: Celina Murga, Juan Villegas, Lucía Osorio
Intérpretes: Joaquín Furriel, Marina de Tavira, Alfonso Tort, Romina Peluffo, Emanuel Parga, Verónica Gerez
Fotografía: Lucio Bonelli
Montaje: Manuel Ferrari
Música: Luciano Supervielle, Gabriel Chwojnik
Duración: 114 minutos
Año: 2024
8 puntos
EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR
Por Emiliano Attadia
Con el correr de los años, la idea de familia tipo (madre, padre e hijos) era la que reinaba y, sumado a esto, la lógica de crianza y entendimiento en la pareja (marido-mujer) para tener una vida normal en esos términos. A su vez, el peligro de un afuera (la infidelidad o un trágico accidente) que destruye la estructura de convivencia fue eje de muchas historias en películas, sobre todo para juzgar el accionar de quien engaña (Los puentes de Madison o Infidelidad, por citar un par de ejemplos). En una era de replantearse la pareja y sobre todo la monogamia como regla rígida, aparece El aroma del pasto recién cortado.
Con una coproducción internacional, que va desde Infinity Hill hasta Martin Scorsese, y premiada como mejor guión en el Tribeca Film Festival, el nuevo largometraje de Celina Murga contiene una potente y renovada idea sobre el engaño en las relaciones como forma de escape de una realidad aburrida y desgastante. Esta historia se divide en dos que funcionan como espejo: Pablo (Joaquín Furriel) está en pareja con Carla (Romina Peluffo) y ambos crían a dos hijos (un niño y un preadolescente). Del otro lado está Natalia (Marina de Tavira), que convive con Hernán (Alfonso Tort) y sus dos hijas. Pablo y Carla nunca se cruzan, pero a través de un montaje que corre en paralelo, se repiten sus angustias, decisiones y felicidades. Porque ambos son profesores universitarios en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, son el sostén económico familiar, deben lidiar con problemas habituales y reprimen el fastidio por la soledad (de comprender lo que les pasa) y el deseo (por sentirse querido y por el sexo). Es cuando empiezan a conectar cada uno con una figura más joven que los revitaliza: en el caso de Pablo, se crea una relación sexoafectiva con su alumna Luciana (Verónica Gerez) y, a la par, Natalia con el estudiante Gonzalo (Emanuel Parga).
Pero no aparece el dedo acusatorio fácil; la sutileza permite que nunca toque los límites entre el conservadurismo y la idea más amplia de poliamor. De hecho, la situación misma de infidelidad es un gran ordenador para ambos protagonistas en sus vidas, ya que no solo expone el desahogo físico, sino que también encuentra espacios de reflexión interna. Por otro lado, la culpa es una consecuencia más que se suma a la exposición actual cuando la tecnología juega un rol casi clave, para acercar o distanciar vínculos. Cabe destacar que, de forma muy inteligente, y a través del mencionado montaje, varias escenas se resuelven en la historia del otro para no caer en una densidad narrativa (algunos diálogos en la parte de Pablo sirven para entender las respuestas del grupo íntimo de Natalia, y viceversa). Esto último, además de generar fluidez, permite el ingreso a la comedia para complementar el drama de la obra. Otras veces, el aporte de humor es con la repetición de la escena casi calcada entre ambos personajes.
Más allá del título, El aroma del pasto recién cortado transmite un aroma natural, desde la fotografía en espacios abiertos hasta el clima de encierro en los departamentos clásicos urbanos, donde los protagonistas son víctimas de sus decisiones. Así se expone cómo la infidelidad es una cuestión propia del ser humano, casi como una necesidad para rearmar sus vínculos afectivos. De esta forma, el largometraje es una apuesta superadora de las ideas renovadoras del nuevo cine argentino que nace en la década del 90, al lograr un círculo perfecto con lo que propone.
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