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Deadpool & Wolverine y los finales felices

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

NdR: este artículo contiene spoilers.

“It’s something unpredictable
But in the end it’s right
I hope you had the time of your life”

Good riddance (Time of your life) – Green Day

Salvando las distancias, en Deadpool & Wolverine se respira el mismo aire que en Guardianes de la Galaxia Vol. 3. Si bien la película de James Gunn era una historia de despedidas, la tercera parte de Deadpool es una historia de cierres. Y no es lo mismo. Mientras que Guardianes tres clausuró los arcos narrativos iniciados en 2014 e, incluso, concluyó el paso de personajes, actores y autores en el Universo Cinematográfico Marvel (MCU), el último estreno de Marvel Studios abre puertas y ventanas a través del multiverso para curar un montón de heridas abiertas dentro y fuera de la pantalla. Conflictos inconclusos, personajes olvidados y descartados, héroes que encontraron su camino más allá de la caída en desgracia de su universo cinematográfico. En fin, Deadpool & Wolverine y los finales felices.

Lógicamente, el primero es para Wade Wilson / Deadpool. Quizás el gran hallazgo del trabajo entre Ryan Reynolds, Shawn Levy y el equipo de guionistas fue haber encontrado humanidad en uno de los personajes más insoportables y cínicos de los universos de los superhéroes. En esta oportunidad, Deadpool afrontó un conflicto tan potente (la posibilidad de perder a su familia, los pocos seres que genuinamente le brindaban apoyo y felicidad) que paulatinamente lo fue alejando de la pose irritantemente canchera que lo caracteriza. Llega un momento de la película donde el personaje y su autoconciencia se ponen al servicio de la historia. En ese momento aparece lo mejor de Deadpool & Wolverine: emoción genuina, acción creativa y disparata, despojarse de todo lo impostado (sobre todo en cuanto a autoconciencia y autoparodia) porque lo que importa es mucho más grande que show de Deadpool. Finalmente, el Jesús de Marvel salvará a su familia y al multiverso con ayuda de sus amigos, aunque todavía no sepa por qué llora Thor.

Igualmente, la alegría de Deadpool se completa con un deseo hecho realidad (dentro y fuera de la pantalla): compartir una aventura con Wolverine, quien también tuvo su final feliz. Más allá de que había tenido un cierre perfecto en Logan, siempre ha sido un personaje trágico, sufrido, solitario, herido por la vida, sus decisiones y las circunstancias. Igualmente, su introducción en Deadpool & Wolverine lo encuentra como un paria en su propio universo. Despreciado por la humanidad y cargando con la culpa por la muerte de los X-Men, este Logan pasa sus días alcoholizado mientras aguarda por su final. Sin embargo, su viaje con Deadpool lo convence gradualmente de que la mejor manera de honrar a sus amigos es luchando para salvar un mundo, aunque no sea el suyo. Incluso, su redención inicia cuando, despojado de todo egoísmo, perdona la mentira original de su nuevo compañero de ruta y se une a la causa del escuadrón suicida de Marvel Studios. Como en aquella última cena en Logan, la historia de este Wolverine encuentra un final feliz con su nueva familia.

Hablando del escuadrón suicida, no sólo un puñado de personajes tuvieron su final feliz, sino que Deadpool & Wolverine también representa un homenaje a los veinte años de extensión del Universo X-Men en Fox. Dentro de la lógica narrativa del multiverso, la película brinda una explicación sobre lo que sucede con los protagonistas de sagas concluidas, finalizadas o interrumpidas por decisiones empresariales. En ese orden, es interesante que la búsqueda de esos superhéroes que todavía le escapan a la muerte sea hallar un cierre a la altura de su valía. Por ese motivo, Elektra, Blade, Laura / X-23 y Gambito (enorme final feliz para el fallido proyecto de Channing Tatum) no dudan en embarcarse a la cruzada de Deadpool & Wolverine. De esta manera, el cuartero no sólo encuentra un final heroico digno, sino que también, por obra y gracia del multiverso, eventualmente serán restituidos a su línea temporal. No queda claro si esto alcanza a los otros caídos en El Vacío (sobre todo el pobre Johnny Storm), pero no hay nada más gratificante que saber que, en algún punto del multiverso, Laura y Logan disfrutan momentáneamente una vida en paz.

Por último, Deadpool & Wolverine alberga un final feliz para el maltratado e irregular Universo X-Men de Fox. Clausurado a las apuradas por el errático rumbo creativo y la compra del estudio por parte de Disney, los últimos años de producción habían entregado películas mayormente fallidas. A pesar de que en sus veinte años de trayectoria tuvo algunas películas muy buenas y ayudó a establecer una lógica para el funcionamiento de los universos en cine (de hecho, Kevin Feige inició su camino como productor de X-Men), parecía que el estreno de Los Nuevos Mutantes por streaming en plena pandemia representaba el triste y solitario final de una extensa experiencia audiovisual. Sin embargo, Marvel Studios, Feige, Deadpool y Wolverine (es decir, Ryan Reynolds y Hugh Jackman) no se olvidaron de sus orígenes y crearon algo más que un final de feliz: un homenaje genuino alimentado desde el amor a esas películas y personajes, desde el cariño por esos actores, autores e historias. Caen los títulos y, a través de Green Day, los responsables de Deadpool & Wolverine desean que el espectador haya tenido el mejor momento de su vida. De eso se trata el cine y, especialmente, de eso se tratan estos universos de superhéroes.


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