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Hipnosis: arma invisible

Título original: Hypnotic
Origen: EE.UU. / Reino Unido / Canadá
Dirección: Robert Rodriguez
Guión: Robert Rodriguez, Max Borenstein
Intérpretes: Ben Affleck, Alice Braga, JD Pardo, Dayo Okeniyi, Jeff Fahey, Jackie Earle Haley, William Fichtner, Zane Holtz, Ruben Javier Caballero, Kelly Frye, Sandy Avila, Ryan Ryusaki, Hala Finley, Ionie Olivia Nieves
Fotografía: Pablo Berron, Robert Rodriguez
Montaje: Robert Rodriguez
Música: Rebel Rodriguez
Duración: 93 minutos
Año: 2023


4 puntos


UN ROBERT RODRIGUEZ SIN PERSONALIDAD

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Director irregular, pero también inventivo -o más bien, hábil reciclador de conceptos, ideas y estéticas de diversas fuentes y épocas-, Robert Rodriguez encuentra su mejor forma cuando se deja llevar por una energía narrativa alocada. Su cine, aunque suene paradójico, se muestra más interesante cuando no busca ser sutil, sino más bien explosivo y explícito, apelando al montaje como motor conductor de las acciones y privilegiando la honestidad en los personajes antes que la solidez de las historias. O sea, cuanto más enquilombado -incluso a riesgo de cometer errores- y menos calculado, mucho mejor. Quizás por eso es que Hipnosis: arma invisible no parece una película suya, a pesar de que posee indudablemente algunos rasgos propios de su mirada.

Hay algo de noir y seudo thriller futurista al estilo Phillip K. Dick en el argumento, centrado en Danny Rourke (Ben Affleck), un detective que carga con el trauma de la desaparición de su hija, a la que quiere encontrar desesperadamente. En su vuelta a la labor, le toca investigar una serie de asaltos bancarios desconcertantes, con un perpetrador (William Fichtner) que usa a otras personas como herramientas mediante poderes mentales inusuales. A partir de ahí, se iniciará una especie de juego de gato y ratón, donde Rourke es cazador y cazado a la vez, contando solo con la ayuda de una psíquica (Alice Braga), y en el que irán surgiendo pistas sobre un programa secreto con un amplio despliegue de poder.

Si la estructura argumental ya es un poco difícil de explicar, Hipnosis: arma invisible profundiza esto a partir de giros constantes en la trama, que procuran desestabilizar al espectador y generarle una sensación parecida a la que atraviesa su protagonista: la de que nada es lo que parece y que los límites entre la realidad y la imaginación son totalmente difusos. El objetivo es noble y por momentos la película amaga con ser una versión Clase B y a la vez mejorada de El origen, pero lo cierto es que la puesta en escena de Rodriguez no consigue casi nunca escapar a la mecanización y frialdad, como si no terminara de confiar realmente en lo que tiene para contar. Si todo parece dado para el disparate -y algo de eso se puede apreciar en el villano encarnado por Fichtner, que es malísimo y todopoderoso sin muchas vueltas-, las atmósferas del relato terminan dominadas por una solemnidad contraproducente, que hasta mueve un poco a la risa involuntaria. A esto contribuye bastante la interpretación de Affleck, que al igual que en Aguas profundas, vuelve a lucir entre desganado y desconcertado, como si no entendiera su papel y quisiera terminar rápido con el suplicio.

En sus minutos finales, Hipnosis: arma invisible da una vuelta de tuerca adicional que la convierte en una mezcla de drama romántico y paterno-filial, y ahí es donde posiblemente encuentre su punto más atractivo. Esto se da posiblemente porque la narración se inclina hacia uno de los temas favoritos de Rodriguez, que es la Familia como refugio último y esencial frente a los horrores del mundo. Aunque claro, esa especie de reparación emocional -a la historia y la película como un todo- llega tarde, cuando el film ya es solo un dispositivo pretendidamente astuto y no mucho más. Y tampoco alcanza para anular la sensación de haber presenciado una obra impersonal, con un realizador desdibujado y sin herramientas para inyectarle pasión a lo que está narrando.


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