Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Cuando su carrera parecía asomarse a un progresivo pero constante ocaso, Arnold Schwarzenegger encuentra en su arribo al streaming una posible vía de revitalización. FUBAR, la primera serie televisiva de su extensa trayectoria, es una vuelta a las fuentes y, al mismo tiempo, una aceptación de que jubilación está cerca. De hecho, ya el punto de partida es toda una declaración de principios por parte de la serie creada por Nick Santora, que ya venía de acertar en el género con Reacher. Tenemos a Luke Brunner (Schwarzenegger), un agente de la CIA que siempre mantuvo la naturaleza de su labor oculta para su familia. Esto llevó a que eventualmente se divorciara de su esposa, Tally (Fabiana Udenio), y que el vínculo con sus hijos sea un tanto distante. Ahora, le ha llegado el retiro y, quizás, la oportunidad de recuperar lo que perdió afectivamente. Sin embargo, es convocado nuevamente para una misión especial de rescate de otra agente, que resulta ser nada más y nada menos que su hija, Emma (Monica Barbaro). Ambos desconocían las actividades del otro y, de repente, se verán forzados a trabajar en conjunto para detener los planes de Boro Polonia (Gabriel Luna), un criminal que busca fabricar y vender un dispositivo nuclear, y que encima tiene un lazo personal con Luke de larga data. Si la premisa recuerda bastante a Mentiras verdaderas, FUBAR se hace cargo de esto sin muchas vueltas y trata de profundizar todas las vertientes narrativas y genéricas de aquel clásico de James Cameron. Por eso tenemos las disputas y pases de factura del dúo protagonista, que debe aprender a trabajar colaborativamente y reconstruir su lazo paterno-filial. Pero también toda una sucesión de idas y vueltas en el resto del plano familiar, laboral y romántico de ambos, que incluye a los compañeros de trabajo y a ese antagonista tan rencoroso como escurridizo. El desafío obvio para la serie es balancear todas estas tramas y subtramas apoyándose en la comedia, la acción y (en menor medida) el drama, sin descarrilar en el intento. Convengamos que durante los primeros episodios le cuesta encontrar un tono apropiado y cae en la repetición de unos cuantos esquematismos, que perjudican a varios personajes, como al nuevo marido de la ex de Luke o al novio de Emma, este último interpretado por un Jay Baruchel bastante desperdiciado. Pero, ya casi entrando en la segunda mitad de la temporada, halla una fórmula bastante sólida, consistente en dejarse llevar por la intriga y la acción, para desde ahí delinear su humor. Eso le sirve como base para trazar mejor los conflictos de los protagonistas, con algunos hallazgos interesantes: por caso, la forma en que padre e hija se van dando cuenta, progresivamente, que sus trayectorias van en espejo y que pueden aprender uno del otro. Y, a la vez, entregar algunos pasos de comedia ciertamente efectivos, donde las labores de Fortune Feimster, Milan Carter y Travis Van Winkle son sumamente importantes. El cierre de FUBAR (que les da sentido a las siglas de su título), aunque no del todo lúcido en su concreción, promete una reconfiguración fuerte de cara a la próxima entrega. Veremos cómo sale esa apuesta, pero lo cierto es que Schwarzenegger ha encontrado una nueva manera de mantener su vigencia en el género de acción. Y, de paso, ratificar que también es un actor que sabe manejarse con soltura en el terreno del humor.
-Los ocho episodios de FUBAR están disponibles en Netflix. Todavía no se confirmó una segunda temporada.
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